Capítulo 17.

216K 16.5K 6.9K
                                    

YULIMA TYLER.

Tengo sus labios tan cerca, su brazo termina rodeando mi cuerpo para evitar que me marche y lo deje solo.

— ¿No crees qué deberías pedirme permiso antes de agarrarme? —Pregunto al borde del tartamudeo.

— No suelo pedir permiso para hacer nada de lo que quiero hacer. —Contesta mirándome intimidante.

Le aparto las manos molesta y me alejo retorciendo dos pasos.

— Pues a mi vas a respetarme y a preguntarme ¿Entendido? Porque como no lo hagas vas a saber lo que es un buen puñetazo. —Amenazo.

— No estoy acostumbrado a tanta educación. —Ríe.

— Ya veo, pues aunque tenga que enseñarte, vas a aprender a respetar a las personas.

Él suelta una carcajada y vuelve a sentarse en la cama con las piernas abiertas.

— No quiero verte la entrepierna.

— ¿Sueles ser así de repelente siempre?

Rio y él me mira confuso.

— Solamente contigo. —Confieso.

— Entonces lo haces para sacarme de quicio.

— Exacto. —Pasa la mano por su barbilla.

— No deberías sacarme de quicio ni enfadarme.

MYKE WALKER.

Noto que cuando la miro fijamente ella desvía la mirada para no tener que verme a los ojos.

— Yo hago lo que quiero cuando quiero.

— Enserio, no soy buena persona Yulima.

Encoge los hombros mientras juguetea con su pelo.

— ¿Por qué insistes en eso? Todos tenemos un lado oscuro, es cierto, pero tú te comportas como si no tuvieras ni siquiera alma.

Es increíble la capacidad que tiene para analizarme en tan poco tiempo, es la primera vez que siento miedo de conocer a alguien e incluso de llegar a acostarme con ella, siento que no será solo un lío de una noche por más que yo quiera y no deseo dañar su inocencia.

— ¿No te preguntas por qué me dicen bestia?

— Si, también me pregunto porqué un apodo tan estúpido. —Contesta sentándose a mi lado con toda confianza.

— Estas intentando saber de mi, adentrarte en lugares que no deberías —Mueve la cabeza admitiéndolo.

— Siempre he sido de las que arriesgan todo aunque se queden sin nada, así que, si, quiero saber de ti y no me vengas con las excusas porque me aburres.  —Sonríe agachando al mismo tiempo la cabeza.

— Me dicen bestia desde que era un niño.

— Vaya, así que no es el típico mote que te ponen en el instituto, empezamos bien.

— No, no es el típico mote que olvidas en unos años cuando maduras y cambias —Toso—

— ¿Y qué se supone qué es? —Pregunta llena de curiosidad.

— Es mi nombre. —Respondo.

— Tu nombre es Myke y no, no dejaré de llamarte así, olvídate de repetírmelo cien veces.

— No sabes porque escondo mi nombre al resto de la gente, ni siquiera sabes porque nadie conoce mi pasado, mi vida ¿Qué quieres? ¿Llevarte una mala sorpresa?

Gira su cuerpo colocando las piernas encima de la cama, las cruza y por primera vez me mira sin vergüenza a los ojos.

— Mira, no se a qué te refieres y posiblemente no sepa nunca que te pasó para ser como eres, pero cuanto más me pidas que me aleje más desearé acercarme porque soy así, masoquista, imbécil, llámalo como quieras. Tú me llamaste la atención desde el principio, querías aterrorizar a todo aquel que te mirase pero a mi no me das ningún miedo porque veo en ti algo inexplicable que me obliga a acercarme aunque de esa manera esté retando a mis padres. —Confiesa.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora