En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 55.

LUZ MÉNDEZ.

Las piernas me tiemblan y estoy segura de que estoy apunto de desvanecerme. Él sigue a tan solo un metro de mi, con las dos manos en la pared y los ojos fijados en mi.

— Ella es la única que no te ha juzgado por lo que eres, yo lo hice cuando dije que no eras un niño normal —Me mira serio— pero ella no lo ha hecho.

— Cierra la boca y deja de hablarme de ella.

— No voy a dejar de hablarte de la única persona que puede entrar en tu corazón y devolverte la humanidad. Te has drogado Myke y pese a eso quiero lograr que tengas un poco de lucidez.

Empieza a reír. Me arranca de la mano la bolsita de la droga y niega con la cabeza. Se ha dado por vencido.

Suena el timbre. Él gira la cabeza y yo consigo zafarme de sus brazos.

— Dime que no has llamado a nadie. —Su voz es ronca y monstruosa.

— No he llamado a nadie.

Agarra mis brazos con fuerza hasta el punto en el que me hace daño. Él quiere luchar contra la bestia pero no puede contener los impulsos.

El timbre sigue sonando, debe ser Kendo y no sé si en este momento es buena idea que esté aquí.

— ¡Quién es! —Exclama.

— Abre la puerta bestia. —Dice Kendo dando un golpe.

¿Acaso quiere provocarlo?

Myke camina hacia la puerta y la abre de malas maneras.

— No tienes nada que hacer aquí.

— ¿Qué es eso? —Le pregunta señalando la bolsita que contiene la droga que ha consumido y que quiere volver a consumir.

— ¿A ti qué cojones te importa? —Intenta cerrar la puerta pero Kendo lo impide empujándola.— Kendo no me calientes ¡No me calientes! Fuera ¡Fuera los dos!

Me agarra del brazo y estira de mi.

— Luz, déjanos a solas. —Susurra Kendo.

— No es buena idea.

— Se lo que hago. —Me asegura.

MYKE WALKER.

Luz lo obedece. Está claro que ha sido ella la que lo ha avisado con mi móvil.

— Tú y yo ya hablaremos. —La amenazo.

— ¿!Te estás escuchando!? —Me reclama él.

— Vete a tomar por culo Kendo ¿No tienes qué irte con la niña pija?

— Janet no tiene nada que ver aquí y la respetas. Me importa una mierda si estás drogado, bebido o imbécil. Ya sé que nunca me he atrevido a hablarte así pero quiero que abras los ojos y te des cuenta del error que estás cometiendo al meterte en este mundo de mierda.

— Esfúmate.

Consigue arrancarme la droga de las manos. Lo golpeo, lo hago sin pensar o bueno, más bien pensando que se lo merece.

— ¿Quieres desahogarte conmigo? Vamos ¡Pégame! Desahógate ¡Vamos!

Cierro los puños.

"Destrózalo" susurra.

Ahora mismo la bestia tiene más poder sobre mi del que yo podría llegar a tener. Le lanzo otro golpe, él lo esquiva y consigue inmovilizarme en el sofá.

— Estás tan drogado y borracho que apenas puedes sujetarte por ti mismo.

— Voy a arrancarte la cabeza Kendo. —Amenazo mientras forcejeo para liberarme.