Capítulo 47.

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YULIMA TYLER.

No puedo, no podría abandonarlo por muchos motivos que tenga para hacerlo, él me necesita, necesita mi voz para salir del agujero en el que cae cuando esa bestia aparece de nuevo y le quema por dentro intentando salir.

Cae al suelo de rodillas, me agacho y hinco las rodillas en el suelo como él.

— Hey —Susurro dulce. Le levanto la cabeza y sus ojos vuelven a tener el verde que tanto me gusta— sigo aquí.

— Casi te hago daño. —Dice y se golpea la cabeza. Evito el segundo golpe, pongo las manos en su rostro y le doy un beso calmándolo.

— Ha sido la primera vez que he sentido miedo. —Confieso— Pero no miedo por el posible golpe, miedo porque eso significaría que te he perdido por completo.

— No permitiré que esperes a que eso ocurra. —Dice muy serio. Pasa los dedos por mis mejillas, tiene los ojos encharcados, en el fondo es un niño, un pequeño niño herido.

Lo acurruco en mi pecho para que llore, para que deje sobre mi pecho un poco de esa armadura que armó el día que le rompieron el corazón las personas que más lo debieron amar. Cualquiera pensaría que estoy loca, que es un monstruo y que alejarme de él sería la mejor elección ¡Y lo haría! Me alejaría si no supiera que en él hay bondad, lo haría si no supiera que su alma pura de niño sigue ahí, atrapada por esa extraña criatura que lo quiere destruir.

— Me has dicho que me amas. —Susurro haciendo notar la emoción en mi voz. Mueve la cabeza, besa mi pecho y sonrío.

— Iba a hacerte daño, estaba a su merced, pero lo que siento por ti una vez más ha logrado ser más fuerte que todo lo demás. —Confiesa— Perderte significaría perderme de nuevo, te llevarías mi alma contigo. —Levanta la cabeza. Hace un signo de arcada y yo rio— Demasiado cursi, olvídalo.

— ¡Oye! Pues a mi me encantan tus pequeñas cursilerías.

— Yo me siento una bestia de caramelo. —Dice y rio como loca.

— ¿Bestia de caramelo? —Pregunto sin poder detener la risa.

— Yo soy el tío duro, al que no le importa nada ni nadie, imagínate que alguien me escucha diciéndote cursilerías ¡Dios no! —Exclama riendo.

— ¿Cómodo puedes ser tan idiota? —Respondo. Le golpeo el hombro y se abalanza encima de mi quedándose encima.

— Júrame que la próxima vez huirás y no mirarás atrás. —Suplica. Besa mi hombro, cierro los ojos y suspiro— Júramelo.

— No podría abandonarte por muchos juramentos que te haga Myke. Esto que siento es superior a cualquier deseo mío.

— No me perdonaría ponerte una mano encima ¿Entiendes? Eres lo más puro y real que he tenido en mi vida.

Lo beso. Rodeo su cuello con mis brazos y él me sigue el beso acariciándome suavemente la cintura. Siento sus lágrimas resbalar por mis mejillas, las pequeñas muestras de bondad, que aunque para él solo signifiquen tristeza, para mi significan que he encontrado al verdadero Myke y no lo voy a soltar por nada del mundo.

CODY TYLER.

Papá sigue llamando para averiguar la ubicación de Yulima desde su móvil, pero le sirve de poco, al parecer ella ya se ha desecho de el y eso lo enfurece.

— ¡Cuándo la encuentre ni siquiera le daré la oportunidad de explicarse, irá a un internado! —Grita él. Mamá lo ayuda a sentarse por su salud.

— Debimos haberlo hecho la primera vez que empezó a dar problemas cariño, cuando su rebeldía era más que evidente.

— Pensé que encaminaría por el buen camino pero ha sido todo lo contrario. Ha huido con un delincuente. —Golpea la mesa. Doy un salto asombrado, nunca lo había visto tan furioso.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora