En los ojos de la bestia ® [01]

Capítulo 95.

YULIMA TYLER.

Odio profundamente a la bestia y se que también me odia a mi. Pero si se trata de luchar por conseguir a Myke, entonces no me rendiré, no se quedará con él.

— Pues quiero que el monstruo sepa algo —Lo miro fijamente a los ojos para que la bestia, que se que está ahí, me escuche con atención— No renunciaré a ti, nunca. Si quiere intentar matarme que lo intente. No le tengo ningún miedo y no se lo tendré por muchas veces que trate de estrangularme.

— No lo provoques.. —Suplica en voz baja.

— Has dicho que no le tienes miedo.

— Tengo miedo por lo que pueda hacerte.

— Pues yo no —Aseguro. Le paso la pierna por encima y me recojo el pelo mientras sus ojos me observan. — Está acostumbrado a que todo aquel que vea lo malo en ti salga corriendo y te deje abandonado, solo y roto ¡Pero se equivocó conmigo!

— Mi preciosa Yulima, no te merezco.

Asiento con la cabeza. Sonríe y lo miro llena de ternura.

— Pero me tienes. —Pasa el dedo pulgar por mi barbilla.

— Ojalá nunca dejes de ver lo que sea que ves en mi. —Tumbo mi cuerpo encima del suyo. Posa las manos en mi espalda y le doy un diminuto beso en la nariz.

— Y tú ojalá nunca te des cuenta de también tengo mi lado repelente. —Lo hago reír. Atrapa su labio con los dientes y seguido sonríe.

— ¿Tú? ¿Repelente? Te juro que no tenía ni idea. —La ironía que utiliza es exageradamente evidente. — Eres caprichosa, terca, bruta, insistente, extravagante, loca y muy, muy audaz.

— Lo último se supone que es algo bueno ¿No?

— ¿Lo es? —Pregunta haciéndonos reír a ambos.

Hundo la cabeza bajo su mandíbula y suspiro tras cerrar los ojos. Necesitaba esta tranquilidad, esta paz.. Nosotros, solamente él y yo. Ahora el mundo puede irse a la mierda, no me importa.

— ¿Puedo preguntarte algo?

— Si, lo que quieras. De todos modos vas a preguntarlo unas quinientas veces hasta que te responda, así que, pregúntalo ya.

— ¿Qué sientes cuándo esa cosa te.. —Trago saliva— posee?

— Es complicado. Primero dolor, mucho dolor, después el dolor cesa, se convierte en calma y acto seguido, cuando abro los ojos, estoy en medio de la oscuridad más terrorífica del mundo. Entonces lo único que puedo hacer es observar lo que él hace a través de.. ¿Cómo lo digo? No sé, ventana, agujero, no tengo ni idea.

— Joder —Susurro— entonces desde ese lugar de tu mente te ha estado observando y manejando todo este tiempo.

— Algo así.

— Quiero saberlo todo, saber que es esa cosa y cómo podemos —Me tapa la boca antes de terminar.

— Quédatelo para ti —Me da un beso en la frente— es mejor.

Tiene razón. Casi olvido que no es una persona, que son dos o no sé si a lo que tiene dentro se le puede llamar persona, alma tal vez, demonio, quien sabe.

— No quiero pasar todo el tiempo en la cama. —Dice él con los ojos muy abiertos.

— Myke ¿Tienes fiebre?

Él coge el móvil y le envía un mensaje a Kendo para que le traiga el coche. No sé qué quiere hacer ni si debo interpretar esto como un cambio repentino de actitud.
Llena mi cuello de besos, besos pequeños que me transportan y me hacen olvidar me el lugar en el que estoy.