Capítulo 43.

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MYKE WALKER.

La felicidad escapa de mis dedos al instante. Los recuerdos acorralan mi mente. Unos recuerdos que creí olvidar hace mucho tiempo cuando enterré mi infancia bajo tierra. Ella también me observa, me reconozca o no, si aún le queda una pizca de instinto maternal, tal vez sepa quién soy. Yulima se da cuenta de mi repentina seriedad, me coge del brazo y estira de mi empujándome nuevamente a la realidad donde para controlarme tengo que mirarla a ella.

— ¿Todo bien? —Pregunta con un tono excesivo de preocupación— ¿Prefieres qué me quede agarrándote? —Asiento con la cabeza. Si no lo hace perderé el control que sorprendentemente estoy teniendo sobre mi—

— Nunca creí que cayeras tan bajo. —Dice Jack llamando mi atención y la de la bestia.

— Caer bajó habría sido quedarme contigo. —Se adelanta ella contestándole como merece— No se quien te crees o quien creías que eras, pero tú a mi no vas a decirme quien es mejor o peor para mi ¿Entiendes?

— Hijo vámonos ya. —Insiste la señora desde su coche, la miro y es incapaz de cruzar su mirada con la mía— Tu padre nos está esperando.

— Ve con tu mamá o te abandonará. —Le digo serio y aterradoramente conciso.

— Tú no te metas. —Me dice.

— Si no quieres que de nuevo te operen de la nariz, lárgate. —Advierto. Yulima se interpone pasando sus brazos por mi cintura y automáticamente me calmo.

Jack sube al coche gruñendo. La señora me observa y acelera en cuanto me doy cuenta.

— Mírame —Susurra Yulima— Oye.

— Estoy bien. —Aseguro tan ronco que me recuerdo a la voz de mi interior.

— Estas como ido ¿Pasa algo? ¿De nuevo está atormentándose? —Pregunta, me gira la cabeza para mirar mis ojos y niego— Vamos a desayunar ¿Si?

— Si.

Estira de mi. Mantengo la cabeza girada hasta que me rindo y camino libremente junto a ella hasta la cafetería o bar, como quiera llamarse.
Caminamos juntos, de la mano, siendo esta la primera vez que estoy con alguien así, otra primera vez que comparto con ella y de la que ella es protagonista. Nos sentamos dentro y pedimos un desayuno variado.

Estoy pensativo ¿Esa mujer era mi madre? Si es así significaría que el pasado ha regresado a mi vida, todo aquello con lo que luché ha vuelto justo cuando quiero vivir una nueva vida. No, no puede ser ella, me niego a pensar que la tengo más cerca de lo que me gustaría y que mi padre está cerca también.

— Estas en las nubes. —Dice ella cogiéndome la mano— ¿De verdad no quieres ir a otro lugar? Da igual el desayuno.

— No. —Intento mostrar una sonrisa sincera. No quiero que ella note nada de lo que tengo en la cabeza.

— Pensaba que ibas a golpear a Jack, enserio, creía que no podrías contenerte. —Confiesa.

— Iba a darle un buen puñetazo en la boca pero pensé que sería mejor que tú lo rechazaras, no quiero parecer un novio celoso. —La expresión de su cara cambia— Si, he dicho novios.

— Tampoco pensaba que éramos compañeros de piso con derecho a dormir desnudos en la misma cama, tranquilo. —Bromea y consigue hacerme reír.

— Bueno, eso existe. —Digo lanzando una medio indirecta que al parecer no le sienta del todo bien. Por su cara y seriedad instantáneamente me doy cuenta de que no, no le ha sentado bien— He dicho que existe, no que nosotros seamos eso.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora