Capítulo 90.

95.2K 6.9K 427
                                    

YULIMA TYLER.

No se como responder a lo que el agente acaba de decirme. Quedo completamente con la boca abierta. Es decir, se que Myke es capaz de cualquier cosa ¿Pero poder contra la mismísima muerte? Eso es algo de locos.

— Esta usted seguro de lo qué me esta diciendo? —Pregunto en un tono entre emocionada e intetando fingir que no lo estoy.

— No. No estoy completamente seguro pero puedo llegar a asegurarte que su novio no estaba en la casa cuando cayó en pedazos. No puedo decirle que esta vivo porque es algo muy precipitado pero.. dudo que este muerto. —Responde lleno de seriedad y autoridad. Estoy segura de que quiere sacarme algún tipo de información.

— Si encuentran algo, lo que sea ¿Puedo ser la primera en saberlo?

Asiente con la cabeza dándome una directa y fría respuesta. Si no han encontrado nada significa que aún hay esperanza de que Myke este vivo.

Escucho jaleo a lo lejos. Luz, la que se podría llamar madre de Myke esta aquí. Seguramente Kendo la ha llamado, pues nadie sabe que ella crió y educó como pudo a mi novio. Ni si quiera existe un registro oficial, tan solo el certificado de defunción que Connor y Belinda firmaron cuando creyeron que habían conseguido matar a Myke.

— Yulima —Dice desde lejos. Quiere que me acerque pero no tengo el valor para contarle todo lo que ha pasado.

Casi empujada por la lástima que me causa verla así, decido acercarme a ella que al instante me abraza para continuar llorando en mi hombro. Creo que tengo que contarle que existe la posibilidad de que nuestro Myke siga con vida en algún lugar.

— Acaban de decirme que no hay rastro de ningún cuerpo. — Digo llamando totalmente su atención,

— ¿Cómo dices? —Pregunta a la vez que me mira como si yo le estuviera ocultando algo más.

— Si, un agente me ha dicho que existe la posibilidad de que bestia este vivo. No sé como, ni donde puede estar mientras yo sufro creyéndolo muerto, pero la cuestión es que puede que estè vivo cerca de aquí y necesite mi ayuda. —Me esta mirando con la boca entreabierta y los ojos como dos platos.

Me doy cuenta de que me observa como si estuviera loca ¿En serio? Debería estar dando saltos de alegría pero lo único que hace es mirarme como si estuviera fuera de mi o alucinando ¡Pues no! ¡No estoy alucinando! Él esta vivo y ahora estoy mas segura que nunca.

— Sé que me has mandado a la mierda pero quiero estar a tu lado ahora ¿Puedo? -La voz inocente de Janet me trasmite ternura. Me he comportado fatal con ella.

— Perdóname, siento muchísimo haberte hablado así. Me has sacado de quicio con todo lo que estabas diciendo y no he podido evitarlo. —Muestro arrepentimiento y ella me abraza.

—No pasa nada, entiendo que estés así. —Susurra— Nadie podría estar sereno en una situación como esta. Yo me volvería loca si a Kendo le ocurre algo así.

— Si, loca. —Bajo la voz a la vez que la mirada.— No está muerto Janet.

Ella también. Hasta mi mejor amiga me mira como si estuviera desvariando ¿Es qué nadie va a creerme o por lo menos a pensar cómo yo? ¿Todos van a pensar qué he enloquecido? ¡Un agente acaba de decir qué no existe rastro de ningún cuerpo!

— Es duro aceptarlo, estás en shock postraumático y es normal que no quieras aceptar que tu novio.. está muerto.

— No lo esta, no lo acepto porque mi novio sigue con vida en algún rincón de este maldito bosque y voy a encontrarlo aunque no me apoyéis ¿Vale? Yo no me quedaré sentada esperando a que por falta de medios, confirmen una muerte que no prueba que mi novio esté ahí carbonizado. -Sus ojos siguen plasmados en mi.—Crees qué me he vuelto loca? Claro, es eso.

— No.. no es eso.

Kendo se acerca, ha estado pendiente de toda nuestra conversación igual que Luz.

— Todos pensais que estoy loca. —Rio con los ojos llenos de lágrimas.—Pues no, no estoy loca ni me estoy volviendo.

— Hemos visto como bestia entraba en la casa y como el fuego la ha consumido tan rápido que es imposible que consiguiera salir. —Dice Kendo de una manera cruel. Pero no me afecta, yo sé la verdad, yo sé que él no esta muerto.

— Escapó. —Aseguro— Él no pudo detenerse para avisarnos porque algo le pasó dentro, pero estoy completamente segura y nadie me hará cambiar de opinión.

Mis padres se acercan, de nuevo quieren llevarme a casa donde según ellos estaré más tranquila. Quieren repetirme que lo que he hecho no esta bien, que haberme enamorado de Myke no esta bien y que no tengo que estar aquí, llorando. Para ellos él no significa nada, nada más que un monstruo que trató de ahogar a mi padre y un obstaculo para mi futuro.

— Hija, no creo que sea buena idea que sigas aquí mirando esto.

— ¿Y qué es buena idea según tú? ¿Volver a casa y olvidar? ¿Viajar a visitar la universidad? No, no me moveré de aquí.

— Aferrarte a la idea de que esté vivo no es lo que necesitas. —Trata de explicar mi madre.

— ¿Qué es lo qué necesito?

— Tampoco es buena idea hablarle así, ni repetirle lo sucedido. —Interviene la psicóloga.

Escapo. Corro y me adentro en el bosque. Me llaman a gritos pero yo no me detengo, si lo hago también tendría que aceptar algo que no puedo, su muerte. Me adentro, grito llamándolo por su apodo sin ninguna respuesta, hasta que finalmente me encuentran porque ni el bosque es tan profundo, ni yo me he alejado como pensaba. Esto es un puto laberinto.

— Vamos. —Kendo trata de persuadirme.—Te prometo que todo estará bien, pero por favor, ven.

— ¡No! Queréis que acepte que esta muerto ¡Y no es eso lo qué el agente me ha dado a entender! ¿No es tu amigo? ¿Acaso no tienes esperanza? —Mis gritos hacen eco en este maldito bosque. Los demás no tardarán en venir a por mi.

— Es mi mejor amigo y si, yo también quiero pensar que no ha podido morir así. Te prometo que si no confirman que estaba en la casa, yo mismo te traeré para que busquemos juntos. —Alarga la mano para que se la sujete.

— No, tú también piensas que me estoy volviendo loca.

— Si te estas volviendo loca estaría más que justificado, pero no es el caso. Lo que creo es que necesitas un abrazo, un fuerte abrazo y que te digan que no te abandonarán. Yo no te abandonaré, se lo prometí a mi colega. — Confiesa con la voz desgarrada y sus ojos al borde de las lágrimas.

Consigue que me derrumbe. Que al fin sea consciente de que estoy cegada por una pequeña posibilidad. Se acerca despacio y me abraza con fuerza. Desliza la mano por mi espalda para tranquilizarme y yo desahogo todo mi dolor en su hombro.

— No puede estar muerto. -Sollozo.— Tiene que estar vivo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora