Capítulo 49.

149K 10.7K 1.9K
                                    

MYKE WALKER.

"Padre" no merece ni siquiera ser llamado así, es mejor ser llamado "el que me engendró". Ni siquiera me sorprende saber que me quiere ver muerto y que incluso quiere matarme él, ya me mató por dentro el día que me echaron a la calle como un perro gritándome que soy una bestia.

— ¿Te ha hecho esto? —Pregunto aún sabiendo la respuesta solo para enfurecerme mucho más.

Yulima mantiene mi mano agarrada, solamente por ella no me vuelvo loco.

— Le dije que habías muerto y.. según dice su mujer te vio. —Asegura dolorida por la cantidad de hematomas de su cuerpo y rostro— Tu ma.. —La freno evitando que diga esa palabra que hace años me dolía escuchar—

— Esa mujer no es nada mío y él —Rio sarcásticamente— tampoco es mi padre.

— No quiero que te cruces en su camino Myke, te suplico que si algún día lo ves de frente te des media vuelta.

Me pongo en pie liberándome de Yulima. Paso la mano por mi barbilla, seguido por mi flequillo y suelto un suspiro que casi se convierte en gruñido.

— Si me lo encuentro de frente.. —Yulima me interrumpe.

— Lo último que hará es dar media vuelta —Dice llamando mi atención y giro la cabeza— Él no tiene que esconderse de ese hombre ni de ninguna otra persona.

— No quiero que esté en peligro.

— En peligro estaría si no enfrenta todo aquello que lo tiene tan atormentado. Si en algún momento nos encontramos a alguna de esas dos personas yo seré la primera que agarraré su mano y lo obligaré a cruzarse en su camino ¿Sabes por qué? Porque él no necesita el amor de ninguno de los dos —Desvío la mirada. Emocionado, con unas enormes ganas de comerle la cara a besos.

Luz mueve la cabeza, sonríe y coge su mano.

— ¿Por qué has tardado tanto en llegar a su vida? —Le pregunta— Te puedo asegurar que ha necesitado una persona como tú toda la vida.

— Creo que llegué en el momento que más me necesitaba. —Le responde. Relamo mis labios y la miro como si mi mundo entero girase a su alrededor.

Yulima se levanta colocándose a un metro de mi, me coge las manos y encoge los hombros.

— Dime que estas tranquilo. —Susurra.

— Debería no estarlo, ha golpeado a Luz y me amenazado pero sin embargo lo estoy. —Confieso.

— ¿Seguro qué no te estás haciendo el fuerte para engañarme? Conozco esta actitud, te conozco, sé que prefieres demostrar tu dolor con hechos y no me gusta nada que te guardes todo dentro.

Luz nos mira.

— ¿Sabes qué voy a hacer? —Pregunto pasando los dedos por su mejilla para apartarle el pelo.

— ¿Qué?

— Voy a tomarme una cerveza fría. —Respondo. Le doy un beso en la frente y entro en la cocina dejándolas a solas.

Es cierto, me conoce tanto que sabe cuando estoy sintiéndolo todo en mi interior. Aunque no, no estoy dolido, sorprendido ni lleno de rabia, desde hace mucho se que las personas que se hacen llamar mis padres me quieren muerto desde que nací, solo que no se atrevieron a abandonarme hasta que cumplí seis años.
Ya no siento ningún tipo de dolor por ninguna de esas dos personas, solo odio, un odio que ha llegado a alcanzar a mi hermano menor por tener todo aquello que yo un día anhelaba tener mientras lloraba en una fría habitación.

En los ojos de la bestia ® [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora