Capítulo 3
Vida de ensueño
25 de mayo3:00 pm
Mentiría si te dijera que Caleb Carlton estaba acostumbrado a recibir tanta atención por su carrera, cuando era todo lo contrario. Es más, yo diría que la palabra correcta para definir como se sentía en ese momento era abrumado... en el buen sentido.
Tras lanzar su primer sencillo un año atrás, había ganado una cantidad increíble de fanáticas que adoraban su música. Les estaba infinitamente agradecido por ello...Pero, a veces, creía que el amor que le demostraban era demasiado.
Y Adam comenzaba a creerlo también.
El rubio hizo lo posible por apartar a toda esa gente gritando mientras intentaban llegar a la enorme casa recién remodelada que ahora le pertenecía a Caleb. Recibió golpes, gritos ensordecedores, y más escándalo del que jamás había visto. Sin embargo, lo logró: Consiguió que los hermanos Carlton, Sanne y Aviv salieran de la camioneta gris y se adentraran en su hogar.
Pensó que el precio que había que pagar por ser famoso era demasiado alto, él jamás podría con esa carga. Sabía que Caleb amaba cantar, así que supuso que a él no debía importarle demasiado. Toda esa locura era parte de su sueño, y Adam no se sentía con el derecho a juzgarlo. Su prioridad en ese momento era alejar a las fanáticas alocadas, luego le preguntaría a su amigo como diablos aguantaba todo eso.
Apartó a las últimas chicas que todavía intentaban colarse en la residencia, y luego entró en la casa con la mayor prisa posible. Cerró la puerta con llave, e incluso así sintió que podrían entrar en cualquier instante, así que colocó una silla en la perilla y soltó un suspiro agotado cuando, finalmente, todo se resolvió. Luego, observó a los recién llegados. Menos mal que les tenía cariño, porque eso no lo habría hecho por cualquiera.
—¡Joder! ¡Están locas! —exclamó él, retomando el aliento —. Amigo, entiendo que les guste tu música ¡Pero esto es otro nivel!
—No esperaba una multitud tan grande —dijo Caleb, pasando una mano por su cabello oscuro —. Lo siento, Adam.
—No te disculpes, tan solo te deberías ir haciendo la idea de que eres jodidamente famoso y no puedes andar por ahí sin seguridad. Necesitas un guardaespaldas...o un ejército entero, porque esas chicas no se controlan tan fácil.
—O podríamos llamarte cada vez que salgamos con él —sugirió Sanne, dejando los bolsos y maletas en el suelo —. Parece que esto se te da, Adam.
—La propuesta suena tentadora, sobre todo considerando que Don y Gabe me pagan una miseria en el gimnasio —bromeó él —. No estaría mal que me dieras unos buenos millones por salvar tu trasero de esas dementes, Leb.
Caleb soltó una carcajada y negó con la cabeza, había olvidado las ocurrencias de su amigo. Dirigió la mirada hasta su hermana, quien parecía estar tan seria y ajena al resto del mundo como siempre. Eso le sacó un pequeño suspiro ¿Por qué era tan difícil alegrar a Rubí?
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Rosas ||P.E #3
Teen FictionSilene Osbone es tan perfecta como una rosa... Cristal Milestone admira tanto a Silene que solo quiere ser igual a ella... Dicen que las rosas son las flores más hermosas del prado, las que todos ven. También dicen que son perfectas por su color, ar...