Capítulo 37:
Pintando de rojo pétalos blancos
30 de junio9:10 am
Una simple noticia puede llevarnos al borde de la locura, puede convertirnos en almas desquiciadas que están a punto de perder cada rastro de cordura en ellos. Podemos enloquecer, pero a veces la locura y los sentimientos que trae consigo pasan desapercibidos.
Eso ocurre cuando nos volvemos expertos en construir nuestros propios disfraces, cuando nos escondemos tras nosotros mismos.
Máscaras hechas con nuestros propios gestos. Una sonrisa falsa, unos ojos soñadores, una alegría fingida...a veces siento que esa es la máscara que usas tú para ocultar que tienes miedo, que te entristece estar tan cerca del final. Todos lo hacemos, todos construimos nuestros propios antifaces a raíz de expresiones hechas de mentiras.
En su caso, la máscara que traía lucía tan intimidante que reconocerla inclusive costaba.
Cristal dejó a un lado el brillo sutil con sabor a fresas y delineó sus boca con aquella barra labial roja y llamativa. No sabia a fruta, sabia a simple maquillaje que se adhería a las grietas de sus labios, amenazando que cubrirían esas imperfecciones por muy poco tiempo.
Su cabello naranja, generalmente esponjado y desordenado, ahora estaba lacio y arreglado. Sus ojos verdes azulados resaltaban ante el delineador negro que le quitó a su mamá y sus pecas estaban ahogadas debajo de una capa de maquillaje que les impedía ver la luz. Un vestido rojo carmesí sin escote en frente, pero de abertura en la espalda, se abrazaba a su figura que se veía ancha en ese espejo, pero demasiado delgada a los ojos de cualquiera. Mallas negras por debajo, tacones altos para fingir ser mayor...Más que una máscara, se estaba disfrazando.
Disfrazando de perfección.
La noticia del divorcio de sus padres retumbaba en su cerebro con dolor. Es tu culpa, todo es tu culpa; no podía callar a su voz interior. Quizá si fuera perfecta, si fuera la niña hermosa e ideal que deseaba ser, sus padres habrían tenido un matrimonio más feliz. Pero no lo era, tan solo era Cristal
No sabía si estaba triste, enojada, decepcionada, o las tres juntas. En realidad, sentía tantas cosas que lo más fácil era simplemente mostrarse fría y molesta hacia el mundo. Comenzaba a entender que su dulce y frágil forma de ser solo conseguía que se lastimara más, estaba harta de eso.
Estaba harta de ser de esas flores pálidas y frágiles, de esas que se támbalean en el viento y carecen de algún color impactante. Por eso tomó el color carmín y pintó sus propios pétalos, consiguió su propia máscara.
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Rosas ||P.E #3
Teen FictionSilene Osbone es tan perfecta como una rosa... Cristal Milestone admira tanto a Silene que solo quiere ser igual a ella... Dicen que las rosas son las flores más hermosas del prado, las que todos ven. También dicen que son perfectas por su color, ar...