Capítulo 53:
Rimas rotas
3 de agosto7:46 pm
Rubí sabía el miedo que sentía su hermano por los hospitales, así como sabía los recuerdos que este despertaba en su tía Sanne. Aún así, ahí estaban ambos. Afrontando lo que sentían contad de esperar a Aviv.
La operación había concluido, pero la única forma de comprobar si había funcionado sin dejar daños colaterales era que Aviv probara su vista. Sus cuatro hermanas y sus padres, a quienes Sanne se encargó de comprarles boletos, estaban con él en ese momento. No sabrían si todo estaba en orden hasta que ellos salieran y la espera comenzaba a ser angustiante.
Ella observó a su hermano caminar de un lado a otro en el corto pasillo de la sala de espera. Mientras, su tía Sanne estaba sentada a su lado, con sus ojos cerrados y respirando en un intento de mantener la calma. Rubí también estaba un poco asustada, entre Cristal en el estado en el que estaba y su tío aún sin salir de ahí, sentía que los nervios terminarían por consumirla.
Pero ahora Rubí sabía que era más fuerte que lo que sentía. Sus sentimientos siempre serían fuertes y arrolladores, pero ahora estaba lista para aceptarlos y no huir de ellos.
—Tranquila, tía Sanne —susurró Rubí, apoyando su cabeza en su hombro —. Si hubieran malas noticias, ya las sabriamos.
—No es eso lo que me preocupa, preciosa —suspiró ella, jugando con su dije de margarita.
—¿Entonces, qué te preocupa?
—Solo...solo quiero comprobar que este bien.
Y eso era algo que Rubí también quería, pero solo les quedaba esperar. Los minutos transcurrían y las dudas aumentaban ¿Y si algo había salido mal? ¿Y si no le había gustado ver? ¿Y si se arrepentía se la operación?
Que tortura resulta hacerse dueño de dudas cuyas respuestas jamás te pertenecerán.
Pero, aunque ellos tres no eran dueños de esas respuestas, las obtendrían pronto. Caleb dejó de caminar en cuanto vio los rostros familiares de Margaret y Jacob acercarse a ellos junto con el resto de sus hijas. Llamó a Sanne y a Rubí, quienes se levantaron al instante. Vieron ojos hinchados por llorar, ninguna sonrisa. Eso ocasionó un vuelco en el corazón de Rubí, quien tomó la mano de su tía de inmediato.
La chica que se había separado de la fe años atrás, rezó tantas plegarias como le fue posible en ese lapso de tiempo en el que los Everton se acercaron a ellos.
—¿Qué pasó? —preguntó Sanne, la voz le falló por instantes —. ¿Qué sucedió? ¿Aviv está bien?
Ellos ni siquiera estaban del todo cerca para cuando ella comenzó con esas preguntas. No obtuvo las respuestas de inmediato. En su lugar, Padme acortó por completo la distancia y se lanzó a ella en un abrazo que separó su mano de la se Rubí. La rubia comenzó a llorar y eso la alarmó...
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Rosas ||P.E #3
Roman pour AdolescentsSilene Osbone es tan perfecta como una rosa... Cristal Milestone admira tanto a Silene que solo quiere ser igual a ella... Dicen que las rosas son las flores más hermosas del prado, las que todos ven. También dicen que son perfectas por su color, ar...