Capítulo 38 (parte 1)

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Capítulo 38:Cambios (parte 1)6 de Julio

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Capítulo 38:
Cambios (parte 1)
6 de Julio

11:31 am

Creo que a este punto de la historia ya descubriste que esto es más sobre las espinas que sobre las rosas. Te lo advertí al inicio, pero supongo que ahora que ves tantos desastres y dolor, esto te está tomando por sorpresa. Es lo que suele pasarle a las mismas flores: a pesar de que la gente ve sus espinas, quedan tan hipnotizados por su belleza que las toman, las arrancan.

¿Y lo peor de todo? Luego se quejan por salir lastimados.

Es, en cierta parte, irónico. Hay que sufrir para lograr tomar esa perfección con ambas manos, nos lo advierten, pero aún así nos quejamos cuando sufrimos. Nos dicen: la belleza duele, pero igual la buscamos. Nos convencen de que cada uno debe ser diferente, pero terminamos por idólatrar a las rosas hasta que ellas se marchitan.

Porque, a diferencia del resto de las flores, las rosas se marchitan de dentro hacia fuera. Es una crueldad de la naturaleza que lo último que desaparece de ellas es por lo que tanto sufren: su imagen ¿Y al final que quedan? Las espinas.

Y volvemos a hablar de ellas, ¿ya ves lo que te decía? El dolor es lo único que nunca se va, pero somos tan masoquistas que nos negamos a verlo. Yo sé que hice lo correcto al advertirte del dolor que sufrirás al final, pero también sé que seguirás leyendo y esperando un final feliz. No se trata de no ver las espinas, se trata de ser tan humano como para ignorarlas.

Caleb comenzaba a ver que las ignoró durante muchísimo tiempo, que prefirió quedarse con el estereotipo de una novia perfecta en lugar de buscar a alguien a quien amar. Ahora lo entendía, pero también entendía que debía ordenar su vida si quería lanzarse a ese sentimiento tan complicado como lo es el amor. Debía esperar, lo cual se sentía correcto, pero mentiría si dijera que no le dolía. Esa es la diferencia entre sentir algo y fingirlo:

Al fingir, se ignora el dolor; al sentir, se atraviesa el sufrimiento por ser parte del proceso. Él lo estaba sintiendo, estaba aceptando cada herida. Aún así, se sentía bien. Creo que a veces hay que sentir dolor para recordar que la vida tiene sentido.

—Yo pude haberle horneado el pastel a Easton —le dijo a Adam, mientras entraban a ese restaurante playero al que el rubio lo había arrastrado. Traía puesta una gorra y sus lentes para que no lo reconocieran, no queria escándalos y sabia que a su amigo no le gustaban las cámaras. Preferia que esa salida se quedara en incógnito por el bien de ambos.

—Ya lo creo, repostero oculto —carcajeó Adam —. Pero East ama un pastel que venden aquí. Sile y yo le llevamos uno la semana en que lo adoptaron, hace ya cuatro años. Quedó encantado, así que desde entonces lo compro para su cumpleaños.

—Entonces ha de ser un muy buen pastel —comentó Caleb —. ¿Cómo sigue Silene?

—Aún mareada y con malestar —suspiró Adam, pero luego le dedicó una sonrisa triste —. Pero bastante bien con lo de su ruptura. Una vez más, mis respetos por no despertar su furia.

Rosas ||P.E #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora