Capítulo 34

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Capítulo 34:Decepción29 de junio

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Capítulo 34:
Decepción
29 de junio

7:45 am

Con las manos sobre las teclas del piano, se sentía alguien. Escuchando las notas salir, juntarse con otras notas, sentía que su alma cobraba sentido. Rubí podía pasar ahí horas, practicando canciones y convirtiéndose en música. Lo amaba, se sentía libre al poder depositar cada sentimiento en una melodía. Amaba sentir que pertenecía a ese momento, a la música, y no a algo capaz de dañarla. Así que tocaba con el corazón, consciente de que la mejor adicción era una buena canción...

Era así como esa chica, que estaba bastante perdida, se encontraba a sí misma en notas musicales y un piano de cola.

—Eso suena increíble —escuchar la voz de Aviv tan temprano la sorprendió un poco, pero el pequeño susto se le pasó cuando lo vio en la entrada de la sala de estar, sonriendo —. ¿Es idea mia, o es una canción nueva?

Ella le sonrío de vuelta, lo hacía aunque incluso él no podía verla. Lo observó adentrase en la sala, usando su bastón para ubicarse hasta llegar al piano y poder sentarse a su lado en el taburete frente a este. Tanteó y encontró las teclas, Aviv sabía ubicar las notas en un piano mejor de lo que muchos sabían ubicarse en la vida. Tocó las piezas que deseaba, imitando un poco la melodía que Rubí había tocado hacia unos segundos. Él era increíblemente bueno para deducir partituras con tan solo escucharlas.

El día anterior, Aviv había estado como loco debido al problema que ocasionó el video de Caleb. Eso no le sorprendió a Rubí, sabia que su tío no manejaba nada bien el enojo, y toda esa madurez y calma que solía poseer se perdía con facilidad si alguien lo molestaba. Lo que si le sorprendía era verlo tan feliz esa mañana, como si nada hubiese ocurrido. Creyó que la locura le duraría unos días más, pero ya parecía haber vuelto e sí.

—¿Ya calmaste a la fiera en ti? —preguntó ella con diversión —. Solo mírate, Avi. No pareces el mismo hombre que ayer intentó golpear a Ean; lo cual fue muy poco inteligente de tu parte, debo decir.

—Lo sé, fue estúpido —suspiró él, pero luego soltó una sonrisa —. Tranquila, ya volvi en mi. Sigo un poco enojado con tu hermano, pero ya no quiero halarlo por las orejas por ponerse en riesgo de esa forma.

—¿Qué cambió en ti?

—Una buena noche, supongo —se encogió de hombros —. ¿Cómo iba la canción que tocabas? Porque creo que si añades una nota más aguda quedaría perfecta...

Comenzó a tocar, intentando adivinar alguna de las notas que escuchó de Rubí, mientras descifraba la melodía. Ella observó su perfil, tan concentrado en la música como seguro se vio ella en unos instantes. El cabello de Aviv, que era de un color caoba tan oscuro que en realidad se veía más como un marrón rojizo, estaba despeinado por haberse levantando recientemente. Su mandíbula, realmente marcada, se veía menos tensa ahora que parecía estar concentrado en la canción y no en el desastre de Caleb. Ella no pudo evitar pensar que casi se sentía como uno de esos días, muchos años atrás, en los que él le enseñó a tocar el piano con tanto esmero.

Rosas ||P.E #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora