Capítulo 39

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Capítulo 39:Agotada6 de Julio

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Capítulo 39:
Agotada
6 de Julio

7:38 pm

Estar cansada y mareada se estaba convirtiendo en algo normal para ella. Muy dentro de sí, sabia que afectar sus dosis de insulina tenía algo que ver con todo su malestar. Después de todo, Silene era muy inteligente como para pasar por alto ese detalle. No obstante, prefería ignorarlo. Ya no podía detener su mal hábito, se sentía demasiado necesario.

No te puedo explicar muy bien lo que se siente ser completamente adicto a algo. En realidad, creo que tú lo sabes mejor que yo. Supongo que se siente como entrar en un estado de dependencia, en el que sientes que lo único que te salvará es esa cosa que en realidad te está matando. Así estaba Silene.

Era una princesa que se estaba volviendo adicta a las manzanas envenenadas.

Intentó poner su mejor sonrisa en la video llamada que estaba compartiendo con su madre. Según la parlanchina señora que conservaba su jovialidad a pesar de su edad, ahora ella y su esposo estaban en Venezuela, luego irían a México y entonces irían a visitarla en L.A. De hecho, se encontrarían con los padres de Adam en algún punto, lo cual a ella le pareció una locura debido a la diferencia de destinos, pero sabía que a los padres de su amigo les encantaba conocer nuevos lugares. No le sorprendía que cambiaran su ruta solo para encontrarse con Beatrice.

—¿Segura de que te encuentras mejor, mi princesa? —preguntó la señora, notándo su palidez en la pantalla. Sile fingió aún más su sonrisa.

—Sí, mami —mintió. Se sentía mal y toda esa charla de destinos terminó por marearla aún más —. Ya te conté que Derek vino en la mañana a cuidarme. Fue lindo, como en los viejos tiempos.

—¿Te arropó como solía hacerlo?

—Tú llámalo arropar, yo sigo creyendo que es su intento de asfixiarme con las sábanas —soltó una carcajada a la que su madre se le unió —. Preparó una sopa y me la dejó antes de ir al cumpleaños de Easton.

—Es increíble que el dulce East ya tenga quince. Me habría gustado verlo —acotó Beatrice, pero luego volvió al mismo tema de conversación —. ¿Y el resto del día, cariño?

—Normal. Adam me dejó instrucciones sobre todos los jarabes y pastillas que podría tomar. Me envolvió en las sábanas y me dejó una lista de películas antes de acostarme en el sofá. Eso y me ha escrito cada tanto para asegurarse de que "no morí". Esa es su forma sobreprotectora de cuidarme.

—Él siempre ha sido así contigo, cariño. Me alegra saber que tienes a personas tan buenas estando pendientes de ti.

Ella asintió con la cabeza y le sonrío. Adam era excelente para preocuparse, sobre todo por ella. A veces, eso lo volvía un real fastidio, pero en ese momento sentía que toda esa atención era una especie de medicina para sanar sus heridas. No era la clase de atención que siempre buscaba, era distinta y le parecía extraño que le gustara.

Rosas ||P.E #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora