Capítulo 57

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Capítulo 57:

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Capítulo 57:

Diciendo verdades

14 de agosto

10:11 pm

La casa de su hermano era preciosa. De cuartos amplios, dos pisos y un lindo patio. Él y Lilian se habían encargado de darle su propio toque desde que se mudaron, colocando estrellas fluorescente en cada techo y decorando con dibujos algunas paredes. Su habitación, por ser la de huéspedes, tenía un cielo estrellado decorando la pared frontal. Era precioso, parecía más una galaxia que una simple noche. 

Era la vista que Silene había tenido por días y, la verdad, le daba calma.

Se puso de pie, sintiéndose débil y cansada aún cuando no había dejado la cama en mucho tiempo. Por alguna razón, decidió acercarse al ventanal del cuarto para sentarse en el mismo. Observó el patio, el árbol que reposaba a la mitad de este. Sonrió con nostalgia al recordar que justo ahí se encontraba cierta cápsula del tiempo que hizo tiempo atrás con una persona que no se cansaba de extrañar en la actualidad.

Adam fue el de la idea. De hecho, tuvo que convencerla para hacerlo porque aquella fue la semana en la que su madre se casó con su padrastro. Ella le gritó a su mejor amigo que no tenía ánimos de nada, que no la molestara. Aún así, él la arrastró hasta ese lugar y le tuvo la suficiente paciencia para animarla.

"Vamos, princesa", le dijo esa vez, "Sé que el presente se ve duro, pero el futuro será mucho mejor. Hagamos esto para celebrar en unos años, cuando todo lo malo se sienta lejano."

Adam siempre supo qué decir para hacerla sentir mejor, incluso en sus momentos más tristes. Le dijo que abrirían esa cápsula cuando crecieran y celebrarían el haber superado todo lo malo. Silene se abrazó a sí misma. De alguna forma, sus planes se desviaron y todo terminó peor que antes. Ahora, ni siquiera estaban juntos...

Todo se desmoronó y, aunque la torre de la princesa se hizo pedazos, ella solo podía pensar en que alejó a su dragón. Ella lo espantó, no un príncipe, ni un caballero. Fue ella...y ahora extrañaba con locura su calor.

Apoyó la frente a la ventana, lamentándose por no haber valorado antes a la persona que tuvo frente a ella por tantos años. Suspiró con pesar, con dolor.

—Apuesto a que ese suspiro debe llevar el nombre de alguien especial —escuchó la voz de Lilian desde la entrada —. Los suspiros así de profundos surgen desde el fondo de nosotros y les pertenecen a quien está incrustado en nuestro corazón.

Volteó para encontrarla, pero quedó ligeramente sorprendida al ver que no estaba sola. Derek estaba junto a ella, ambos apoyados en el marco de la puerta mientras la observaban con cierta tristeza. No los escuchó entrar, pero ahí estaban. Ya no podía fingir estar dormida para alejarlos.

Rosas ||P.E #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora