Capítulo 35:
¿Y dónde quedó la almohada?
29 de junio9:36 am
No debía estar tan cómodo, pero estaba más dormido que despierto y todavía no podía analizar lo que estaba ocurriendo en realidad. El aroma dulce de un shampoo femenino llegó a su nariz, haciéndolo sentir inclusive más cómodo que antes. Se acurrucó aún más, abrazando con cariño lo que había entre sus brazos...
Entre sus brazos...¿Acaso no debía haber una almohada ahí?
Razonó unos segundos, aún con los ojos cerrados. Entonces, sintió una piel tersa y suave entre sus dedos. Se sentía asombroso percibir ese calor en su cuerpo que hacía tiempo no percibia, pero creyó que se debía a las sábanas, no por estar abrazando a alguien. Maldijo a sus adentros y, cuando sus ojos azules se abrieron de par en par, vio esa cara angelical y hermosa, esa que ahora lo tenía delirando.
Adam recordaba muy bien haber ido a buscar a Silene luego de que ella se lo pidiera. Fueron al apartamento, se acostaron juntos en la cama de ella y vieron películas hasta que soltó cada lágrima contenida en sus ojos café. Él la consoló, limpió cada gota que se escapó de su linda mirada, e ignoró cada latir extra en su corazón solo porque quería verla sonreír en ese momento. Aguardó a que ella durmiera, con una almohada de por medio como siempre lo hacían. Por lo visto, se había quedado dormido en el proceso.
¡¿Pero donde había quedado la almohada?!
Silene descansaba su cabeza en el pecho de Adam, mientras que él la rodeaba con sus brazos como si intentara protegerla...o como si intentara tenerla lo más cerca posible. Ella respiraba con delicadeza, aún sumida en su sueños ¿Pero él? A él el corazón le latía con una fuerza que desconocía, logrando que su pecho doliera y que en su estómago se sintiera un extraño cosquilleo que no podía detener.
Todo su cuerpo estaba reaccionando ante ese tacto ¿Te digo algo? Se sintió maravillado ante la forma en la que se encontraban, como si esa fuera la posición y la distancia más cómoda del mundo. Estaba en una especie de paraíso, donde el aroma natural de Silene lo estaba volviendo loco, al igual que el contacto de sus pieles. No obstante, no podía disfrutarlo del todo; no cuando aún su princesa prefería a Caleb.
Adam se había propuesto conquistarla, pero aún no había hecho avances en eso. Planeaba hacerle ver a Silene que estaba enamorada de él, pero despertar de ese modo seguro solo la confundiría. Además, no podía mantenerse de ese modo cuando ella aún era novia de Leb. Debía esperar a que notara que, si por alguien latía su corazón, era por él.
Así que, con pesar y hasta dolor, intentó apartarse con delicadeza. Sintió que su corazón dio un brinco en el instante en el que ella se removió y, en lugar de dejarlo ir, se acurrucó más y lo abrazó con más fuerza. Adam dejó escapar un suspiro, ese órgano que bombeaba sangre en su interior amenazaba con salir de su pecho en cualquier instante.
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Rosas ||P.E #3
Teen FictionSilene Osbone es tan perfecta como una rosa... Cristal Milestone admira tanto a Silene que solo quiere ser igual a ella... Dicen que las rosas son las flores más hermosas del prado, las que todos ven. También dicen que son perfectas por su color, ar...