Elarissa III

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Nuevamente los Gemelos se convirtió en un lugar de celebración. Señores de todas las tierras de los ríos acudieron a presenciar el matrimonio de Olyvar Frey con Mirenna Nayland, que había sangrado por primera vez la semana anterior. Elarissa fue la encargada de organizar todo, Walder estaba tan contento con haber reconquistado Aguasdulces que le permitió no escatimar en gastos. Invitó a cuantos nobles aceptaron ir, pues el recuerdo de la Boda Roja, disuadió a otros. Llegaron los Blackwood, bien alejados de los Bracken, los Mallister, los Cox, lord Hawick de Salinas, los vasallos de los Frey,los Smallwood y caballeros y vasallos de los Hayford.

Elarissa llenó el gran salón con decoración azul y gris, los colores de los Frey, sobre la galería colocó a los mejores músicos y luego organizó los espectáculos que hizo llegar desde Braavos y Norvos.

Se puso un vestido azul con vetas blancas y las joyas que le quedaban.

Su esposo sonrió al verla.

—Querida mía, que bella —Dijo —Pero no deberías llevar el ceñidor tan apretado ¿Y si le haces daño al bebé?

Elarissa sonrió mientras posaba las manos sobre su vientre. Desde que Walder se enteró de que iba a tener un hijo no hubo palizas, solo algunos gritos y momentos de ira, pero no le había vuelto a pegar ni una sola vez.

—El bebé estará bien, mi señor ¿Vamos a la sala de banquetes?

Walder asintió. Allí Elarissa se reunió con Isobelle y el pequeño Adso, que caminaba agarrado del brazo de su madre. Ambos miraban toda la parafernalia con asombro, pues nunca habían visto nada así.

Un criado se le acercó.

—Mi señora, han llegado los barriles de vino que mandó traer desde el Rejo.

—Bien, ocúpate de que de lleguen aquí sanos y salvo. Si les pasa algo, te haré responsable.

—Te ves muy hermosa regañando a los sirvientes —Dijo Walder —Esta noche te follaré mientras el hijo de mi bisabuelo desflora a tu niña.

—Si mi señor lo desea —Respondió ella.

Lord Blackwood se acercó.

—Lady Elarissa —Dijo él —Que placer verla, tan hermosa como siempre —El señor de Árbol de los Cuervos besó su mano —Gracias por invitarme, de veras. Como muestra de aprecio he traído un carro lleno de frutas desde mi castillo.

—Gracias, las servirán tras el plato principal. Ahora vamos, señor mío, la boda va a empezar.

Todos fueron entrando al septo. Elarissa estuvo en primera fila, junto a su esposo y lord Walder. Vio como Olyvar Frey le ponía a su pequeña la capa con las armas de su casa sobre los hombros y la besaba en los labios, tomándola como su esposa.

De inmediato empezaron las festividades. En la mesa principal Walder Frey se sentaba acompañado de su esposa a un lado, junto a los recién casados, y por el otro con Elarissa. Eligió ese sitio para poder estar cerca de lord Frey. En las otras mesas se sentaban el resto de invitados a ambos lados de la puerta. Isobelle y Adso se sentaron junto a Blackwood, al fondo. En la galería tocaban "la falsa y la bella", "dos corazones que laten como uno" y otras más.

Entonces Elarissa se levantó.

—Propongo un brindis ¡Por mi hija y su esposo! ¡Que vivan una vida larga y próspera y que tengan hijos sanos!

—¡¡Salud!!

—¡Y ahora, el espectáculo principal! —Anunció lord Frey —Fue buena idea contratar a esta compañía, no sabía de ellos.

—Trabajan en Norvos. Allí son muy famosos, mi señor.

Como si hubiese aparecido de la nada un humo morado inundó la habitación y cuando se disipó, en medio del amplio salón, había seis arlequines, con ropajes partidos de rojo y blanco jaquelado de verde chillón. Tenían la cara pintada con distintas muecas, el primero de ellos tenía una amplia sonrisa pintada de rojo.

Canción de hielo y fuego: Hijos de ValyriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora