El rugido de las Catorce Llamas que segaron la vida del mayor imperio de la historia debieron asemejarse al estruendoso escándalo provocado por los efectos del cuerno de las profundidades. Primero, silencio, pero luego un indescriptible ruido simultáneo, seguido de un gran rugido, que auguraba que una criatura de gran poder había llegado, una pesadilla hecha carne.
El agarre de Ser Barristan sobre su cintura se apretó, como el abrazo de un látigo, arrastrándola lejos del combate, que en ese momento se había detenido, enmudecido por el horror emanado de los pulmones del rey de las Islas del Hierro. Una ráfaga de viento destruyó los ventanales de la sala del trono, y los cristales volaron por todos lados, hiriendo, y en algunos casos, matando a muchos de los presentes, pero en ese instante, por el hueco resultante, la reina dragón pudo vislumbrar unos enormes tentáculos, colosales y oscuros como el hollín, emerger del mar. Los barcos de la flota de Euron fueron destruidos, otros, los más lejanos volcaron o chocaron contra los acantilados, mientras que la enorme ola resultante arrastró a otros fuera del Aguasnegras, o al interior de la ciudad, sobre los restos de la colapsada muralla.
Uno de los tentáculos azotó el aire, para luego dirigirse hacia la Fortaleza Roja, hacia ellos.
—¡¡Todos fuera!! —Gritó Tyrion.
El tentáculo destruyó el muro, se enroscó en la siguiente pared y se enroscó por los pilares, destruyendo y arrasando, matando a docenas de personas, para luego retirarse.
—¡Escoltad a los prisioneros a los calabozos! —Daenon daba órdenes a todos —Arya...
—Ya sé lo que debo hacer —Dijo ella, echando a correr.
—¡Euron! —Gritó Victarion —¡¿Dónde está Euron?!
Daenerys buscó al Greyjoy entre las gentes que corrían por sus vidas. Vio como Cersei Lannister le dedicó una mirada que osciló entre el odio y el terror, para luego ser empujada fuera de la sala. Pero no hubo rastro de Euron.
Daenerys de la Tormenta entonces observó el caos que era la bahía, donde un millar de gritos agonizantes inundaban la desierta capital. Ocho enromes tentáculos emergieron, azotando las costas, y desplazándose hacia los riscos bajo la Fortaleza.
Daenon y Jon corrieron fuera, también en pos de Euron.
—¡Ser Barristan, debemos ir con ellos!
—Pero, majestad...
—¡De inmediato! —Daenerys les señaló —¡Debemos detener a ese hechicero, de inmediato!
«Luego me ocuparé de Daenon y los demás —pensó, con una sensación de alivio en el corazón, pero, al mismo tiempo, colérica. El dragón de su interior rugía con ira —me han dejado de lado en su conspiración, todos lo sabían menos yo».
Los fueron tras ellos, corriendo con todas sus fuerzas. Se dirigieron hacia las puertas de la fortaleza, el único lugar al que Euron podía dirigirse si quería salir de la fortaleza.
A su paso los pocos Lannister que estaban allí habían soltado las lanzas y los escudos, buscando salvar sus vidas, pero los dornienses mantenían sus puestos, al igual que los norteños y los hombres del Valle.
Dany dirigió una mirada al terrible monstruo, y en ese instante Drogon y Rhaegal descendieron desde el cielo, sobre él, extendiendo las alas al tiempo que cargaban contra los colosales tentáculos, que se movieron cuales serpiente, dispuestos a atraparlos, pero los dragones eran más ágiles, y esquivaron su ataque, vomitando su fuego, glorioso y rojo, sobre la piel negra y cetrina. Era un combate de titanes.
La reina obvió la imagen y siguió corriendo, buscando a Euron, a quien encontraron frente a la puerta, rodeado de una docena de hijos del hierro, armados, que peleaban contra algunos soldados de las tierras de la tormenta.
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Canción de hielo y fuego: Hijos de Valyria
FanficEscaparon de su casa en mitad de la noche, con lo puesto, durante años huyeron de ciudad en ciudad, escapando de los puñales de quienes les perseguían y malviviendo en callejuelas y de la corta cortesía de los ricos y poderosos. Viserys, el Rey Mend...