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Gilbert.

Después de la escuela nos reunimos todos —menos Diana, a la que no dejaban salir más de un día de semana seguida, aunque hoy fuera Viernes, ni Prissy que al tener amigos más grandes, se juntaba con ellos—  en el río Richenieu, quise decir que no para pasar ese tiempo con papá, pero al llamarlo me dijo que si llegaba a la casa, me iba a dejar afuera, así que fui.

Era el mismo sistema que en la junta anterior, en Avonlea hace mucho sucedía siempre lo mismo, era como si todos los días fueran un bucle de mismos sucesos, una y otra vez. O quizás mi vida se había vuelto un poco así.  

Ruby se había sentado a mi lado, junto a Tillie, que estaba sobre la toalla tomando sol cual diva de televisión, con unos lentes oscuros enormes sobre su rostro, y unos labios pintados de rojo, combinando con su traje de baño del mismo color. Hablaban sobre chismes de la escuela, pero siempre que apartaba la vista del río notaba los celestes ojos de la rubia sobre mí, que dejaban de mirarme al instante en el que yo le preguntaba si pasaba algo. A unos centímetros de distancia Jossie, que estaba con la espalda sobre el cuerpo de Billy, cada cierto tiempo dejaba de darle frutillas a su novio, para mirarla y poner los ojos en blanco. No sé si sentí mal por ella, o si quería fastidiar a Jossie, pero me levanté y estiré una mano hacia Ruby.

—¿Vamos?

Abrió los ojos en sorpresa, y pestañeó en mi dirección. . —¿Yo...? ¿Dónde?

Asentí divertido, su mueca de confusión era digna de un museo, miré a Jossie que alzaba una ceja sorprendida también.  —Al río, bueno, si quieres... 

Ella tomó mi mano para levantarse con demasiada efusividad, tuve que soltar su mano y dar un paso atrás para no golpear mi cabeza con la de ella. —Claro que quiero...sí, vamos. ¿Tillie?

Antes que pudiera responder, Jossie le arrojó una frutilla a la cabeza y le regaló una mirada que no pude percibir. —Jossie, ¿qué...?  ah, sí. No, estoy bien aquí tomando solcito, gracias. 

Ruby aunque lloraba casi por todo, y además agrandaba todas las situaciones para convertirlas en un drama digno del teatro, me agradaba. Se notaba que cuando decía cosas fueras de lugar no era por malicia, si no por falta de información, era como una niña tratando de entender las cosas de la pubertad. 

Me tomó del hombro para caminar a mi lado, y yo no me aparté. Aunque no me gustaba como Moody me había que yo le gustaba a ella,  no me molestaba su cercanía. En el río estaban todos riendo por una algo que había dicho Charlie Sloan mientras jugaban con una pelota. 

—¿Juegas? —gritó en mi dirección Jeffer al verme.

—¿Quieres? 

Negó con la cabeza enrollando un rizo en su dedo. —No soy buena para esas cosas, la pelota, el agua...

Levanté el brazo para señalar con mi mano una negación, Moody soltó un "buh", los demás me abuchearon al unísono y silbaron tratando de tirarme agua, pero sin conseguirlo por la lejanía.  Con Ruby soltamos una carcajada al mismo tiempo. 

Comenzamos a caminar por la orilla del río en silencio, ella ya había soltado mi brazo y se miraba los pies, cuando ya estábamos lo suficientemente lejos como para no escuchar a los chicos, rompió el silencio. —Te extrañé...digo, te extrañamos todos. Tillie me había dicho que no ibas a volver más, por lo de tú...ya sabes. Me alegra que hayas vuelto después de todo.

Asentí, y le hice una seña para que nos sentáramos. Ella me hizo caso, y trató de limpiar con una mano el suelo, al darse cuenta que la tierra no se limpiaba, porque, bueno, era tierra...me miró avergonzada, y aunque quería reírme de su acción, fingí que no me había dado cuenta. 

Miramos a los demás a la lejanía volviendo al silencio, agarré una roca y la lancé al río, para ver su rebote, ella no siguió el juego y solo me miró. —Yo también estoy feliz de volver.

 —¿Es verdad que tienes novia?—escupió de repente con una rapidez exorbitante que me dejó perplejo, pero le sonreí negando con la cabeza, ella respiró aliviada. —No es que me preocupe, o me concierna, solo que Billy y Jossie dicen...

—No deberías escuchar tanto a Billy y a Jossie —le aconsejé antes de volver a lanzar una roca— Muchas cosas que dicen no son ciertas.

—¿No lo son? 

—No, —expliqué viendo los círculos que se creaban en el agua gracias a la piedra que arrojé —An...digo, esa chica, no era mi novia. Era mi amiga.

—¿Era? —preguntó arrugando la nariz, tratando de entender. 

Asentí y lancé otra piedra. —Hice algo que creí correcto, pero no lo era. Dijo que era la persona que arruinó su vida, así que dudo que me considere su amigo. —suspiré cuando su rostro lleno de lagrimas se me vino a la cabeza.

—¿Hiciste eso?

—¿Qué? 

—Arruinar su vida. 

Dudé un momento, ¿había arruinado su vida? —No lo sé...creo que hice lo correcto, o eso pensé en ese momento. 

—Se dará cuenta. —se apartó el cabello hacia atrás y miró el río— si cree que tú harías algo para hacerle daño, no sabe nada, de nada. Cuando se de cuenta que está siendo una tonta, te perdonará. 

Le sonreí con ternura.  —Gracias  —le dije y ella me devolvió la sonrisa— Y Ruby... eres agradable, no deberías dejar que Jossie te haga sentir menos, ni deberías obligarte a decir o hacer cosas solo para darle la razón. 

Por el modo en el que bajó la cabeza para mirarse las manos me di cuenta que muchas veces la había hecho sentir menos, pero lo negó, dijo que eran amigas y así se trataban,  y entonces comenzó a hablar de la escuela, yo escuchaba en silencio y le contestaba con simpleza, las conversaciones con Ruby eran así, divertidas pero nada profundas. 

Mientras volvíamos con los demás, y Ruby hablaba sobre cómo habían rumores de que Prissy Andrews estaba teniendo un amorío con el Profesor Phillips, comencé a pensar en Anne, en cómo una vez me había puesto el caso hipotético de un mundo donde todos tuviéramos flechas que nos describieran a nosotros, sucesos que fueran dignos de destacar, o sumamente banales. Miré a Ruby, y traté de imaginarme que etiqueta vendría con ella, quizás soñaba con príncipes al dormirse, realmente la creía capaz.

Al llegar con los demás, lo hice con todos. Tillie, poderosa. Jossie, insegura. Billy, narcisista, el mundo dejaba de girar sin él. Los amigos de Billy eran extras de la vida, enamorados los dos de la misma persona. Moody quizás necesitaba aprobación constante, porque sus papás no estaban jamás con él. Yo, sumamente perdido, tratando de fingir que escuchaba con atención los chistes y conversaciones que tenían mis amigos, cuando en realidad mi cabeza estaba en otro lado. Charlie Sloan tal vez dormía con sus papás aún. 

Pude ponerles una flecha en mi mente a todos menos a la pecosa que me había dado la idea, no se me ocurría nada correcto para definirla, pensé en lo triste era el hecho de que quizás jamas podría hacerlo, porque había muchas posibilidades de que no volveríamos a encontrarnos nunca más.

Un grito femenino me sacó del ensueño, seguido de voces que no conocía, alcé la voz y noté a Prissy Andrews caminando hacia nosotros con dos chicas a su espalda. 

—¡Bebé! —gritó con voz chillona, Jossie Pye al verla—. Pensé que no venías. 

—No íbamos a venir, pero nos cambiaron los planes. —saludó a todos con la mano, incluso a los que aún seguían en el río, y dejó su mochila en el suelo. —Ella es Sadie, de la escuela, ya la conocen. Y su prima universitaria de Charlottetown. Ay, —entrecerró los ojos tratando de pensar pero suspiró unos segundos después y hizo una mueca de disculpa.

—Winifred. —respondió la chica apartando un rizo que caía sobre su rostro con una sonrisa —Winifred Rose.

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora