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Gilbert.

Si tuviera que describir la escena que se vivía en la librería, la comparía con un zoológico, Moody y yo veíamos como si fuera una criatura no identificada a Venus Le Brun, que actuaba natural fingiendo que no notaba nuestras miradas sobre ella.

—Deberíamos...no sé, ¿hablarle? —susurró en mi dirección mi amgo y yo asentí—Creo que deberías ir tú, no es que me asuste o algo, es que a ti se te da mejor esto de...

—Niño, te puedo escuchar desde aquí, no muerdo. —respondió desde el escritorio la chica sin apartar la vista del computador— Bueno, no si no quiero.

Yo me mordí el labio para no soltar una risa y él se acercó a ella, no sin antes prepararse otra vez como si fuera a la guerra—Y...¿y porqué quieres ayudarnos?

—¿Y porqué no lo haría?

—Digo, tú nunca hablas con nadie, y siempre tienes ese desplante de soledad, como si fueras... —se detuvo tratando de hacer trabajar los engranajes de tu cerebro, pero no lo logró.

—¿Antisocial? —completó por él levantando una ceja en su dirección, divertida. —No porque no hable, ni me entrometa con ustedes y su grupo de populares, significa que no hablo con nadie.

—¿Entonces porqué si nos hablas ahora? —cuestioné uniéndome a la conversación y poniendo más hojas en la impresora, ella lo pensó unos segundos.

—No lo hago por ustedes. —respondió al final, dejando de escribir para mirarnos a los ojos— Lo hago porque el Señor Phillips merece comer mierda.

—Wow. —soltó Moody, con fascinación.

—¿Siempre eres tan impresionable o solo cuando una mujer suelta una mala palabra? —indagó levantándose de la silla, mi amigo cerró la boca por primera vez desde que lo conocía.

—¿Y porqué ahora? —cuestioné y ella me miró confundida.

—¿Por qué...qué?

—¿Por qué ahora si te intrometes con nosotros?

Pulsó unos botones de la impresora sin contestarme, pensé en que quizás había agotado las palabras que conocía o algo así, pero sacó la hoja que salió de ella, y me la tendió. —Por esto.

Eran las fotocopias de un diario de vida, todas las letras estaban tachadas en rojo menos pequeños fragmentos, la fecha y la firma al final: Joseph Le Brun.

No conocía a ningún Joseph, fruncí el ceño confundido y comencé a leer.

Miércoles, 06 de abril.
Hoy el Señor Phillips me humilló delante de toda mi clase porque respondí mal a una de sus preguntas sobre la diferencia entre Significado y Significante. Marissa Muller tampoco respondió bien, pero a ella sólo la hizo volver a repasar sus páginas, ¿por qué a mí nunca me deja tranquilo?

Viernes 02 de mayo.
Me quedé hasta las cuatro de la mañana releyendo por tercera vez el libro para la prueba de Dramaturgia, pero sin siquiera revisarla el Profesor Phillips le puso la nota mínima, dijo que porque la había escrito con lápiz grafito y con letras muy adornadas. Mis papás me matarán si ven que otra vez reprobaré el exámen. Soy un estúpido, todo termina siempre saliéndome mal.

—¿Qué es...? —pregunté y un escalofrío me recorrió el cuerpo, Venus me hizo seña para que siguiera leyendo evidentemente retraída, Moody se acercó para leer también.

Jueves 20 de junio.
El Señor Phillips casi me besó. En la boca.
Siento asco en todo mi cuerpo aunque logré correrme hacia atrás antes que pudiera hacerlo. Me gritó que era un asqueroso y un bueno para nada segundos después, no había nadie que pudiera verlo, ni que pudiera ayudarme, ¿yo había impulsado a que eso pasara? Todo siempre termina saliéndome mal.

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora