Anne.
—Genial. —agregó ella correspondiendo mi sonrisa—. Porque necesito tu ayuda.
Fruncí el seño al no poder procesar que Josie Pye me necesitara para algo justamente a mí, considerando que jamás había tratado de formar alguna conversación conmigo antes.
—¿Mi ayuda? —fue todo lo que pude emitir.
Ella lo aceptó. —Sé que suena descabellado porque no somos amigas ni mucho menos. De hecho estoy segura que alguien que te humilla públicamente no es precisamente a quién deberías ayudar, pero...necesito preguntarte algo.
Asentí sintiéndome más rara que nunca. —Claro.
—Escuché tu discurso. —confesó caminando para sentarse en una banca cercana a nuestra posición, yo la seguí—. En Instagram, y no pude entender cómo alguien como tú podía hablar de igualdad o dignidad. Considerando como era tu vida en ese entonces...dudo que lo hayas experimentado.
Me mantuve pensativa unos segundos, definitivamente yo no había experimentado la significancia de esas palabras hasta llegar con los Cuthbert, de hecho todo lo contrario.
Me habían mostrado una y otra vez que no era más que una niña que no debió haber nacido y que por lo tanto no merecía un lugar en el mundo más que el que habían estipulado para mí, y que era muy cercano al de una basura.
Y creo que por eso sabía que no quería lo mismo para los demás.
—Toda mi vida me han dicho que no soy más que un estorbo, —expresé ante la mirada atenta de la rubia— que no lograría nada y que debía aceptar que otros me pisotearan a su antojo. Y por mucho tiempo lo creí. De hecho con Jerry... mi familia, pensamos que debíamos conformarnos con esa realidad.
—Pero tú no lo hiciste. —agregó.
—En realidad sí lo hice. Nunca dejé de imaginar otra vida, pero creo que una parte de mí creyó que siempre serían sólo eso...sueños y nada más —hice una pausa para poder encontrar las palabras adecuadas, una sonrisa melancólica se formó en mi rostro—. Hasta que conocí a un muchacho que me mostró que eso no era así. Él me hizo sentir suficiente y capaz en un momento de mi vida donde eso me parecía algo tan lejano, tan imposible. Me mostró que sin importar dónde viniera, el problema no era yo.
—Era el mundo.
Asentí con la cabeza. —Y llegué a comprender que aunque en ese entonces tenía otra persona, de una realidad totalmente distinta a la mía que sentía que valía la pena, yo seguía siendo la misma. Siempre fui merecedora de igualdad y dignidad, sólo tenía que llegar a entenderlo para poder darme el valor que merecía.
—¿Y cómo...? —se aclaró la garganta para no titubear—. ¿Cómo supiste cuál era ese valor?
—Eso nadie más que tú puede saberlo y también dártelo.
El silencio nos envolvió unos segundos en los que me mantuve ocupada mirando a las personas pasar a nuestro alrededor. Pensé en si ellos se darían el valor que merecían o sólo se creerían el que otros habían diseñado bajo estándares arcaicos, nefastos e injustos basados en reglas absurdas como el físico, el sexo, el color de piel, o el nivel socioeconómico.
—Billy abusó de mí. —expresó de pronto Josie tomándome completamente por sorpresa—. Nunca lo había dicho en voz alta antes. Creo que siempre nos enseñaron a nombrarlo de otra forma, adornarlo para no usar la palabra exacta de lo que sucedió y así no generar un escándalo. Pero...creo que después de haberlo pensado durante estos años, siento que no existe otra manera de definirlo, ¿o sí?
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Anne Of The Present
FanfictionAnne Shirley nació con la aventura tatuada en sus clavículas y las ganas de descubrir el mundo bordadas en su espíritu. Así que cuando descubrió que la familia que tanto deseaba no llegaría, tomó la decisión de abandonar el orfanato donde se había c...