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Gilbert.

Es extraño como funciona el cerebro.

Jamás comprenderé como puede suceder algo que produzca un dolor emocional tan profundo y latente que sientes que la manera inapelable para no dejar que ese dolor te consuma, es huir de todo, y todos los que te hicieron feliz alguna vez.

—¿Te ayudo con eso? —le pregunté al hermano de papá, que estaba preparando el desayuno.

—Siéntate y deja por un momento de hacer cosas, te lo suplico. —gruñó Lyla desde la mesa, levantando la cabeza de su maqueta—. Después mis papás me recriminan que no hago nada porque tú eres una reencarnación de la productividad y yo una piedra con ojos.

—Eres la piedra con ojos más linda que hay. —agregó William dándole un beso en la frente a su hija—. Lya, ¿qué se supone que es eso..?

—¡Espera! —gritó Jacob poniendo la comida a fuego lento—. Yo adivino primero...es...¿una piscina de tierra?

Lyla tenía veinte años y estudiaba Bellas Artes. Y aunque era la artista más impresionante que yo hubiera visto en toda mi vida si hablábamos de lienzos y pinceles, pero cuando le tocaba hacer maquetas y esculturas...

Teníamos un juego para ver quién adivinaba primero qué estaba tratando de hacer.

Dirigí mi mirada a su trabajo. Eran palos entrelazados con visible pegamento uno contra otro formando una especie de rectángulo mal hecho... —Yo digo que es un ataúd.

William entrecerró los ojos y comenzó a inspeccionar con sigilo la maqueta. —No, estoy casi seguro de que es un baúl del siglo diecinueve.

Lyla frunció el seño. —Es una catedral.

Todos nos miramos estupefactos. ¿Una catedral? ¿Ese rectángulo sin ventanas ni puertas?

—¡Ay, sí! —agregó William en un gritito—. ¡Claro que sí! Qué tonto, ahí se ve la cruz, y ahí...la puerta, y en la entrada se nota el buzón.

—Aún no le hago esos detalles. —soltó con un suspiro mi prima dejándose caer en la silla—. Y eso no es una cruz, se supone que era el cura. Definitivamente soy un asco haciendo maquetas.

Jacob afirmó. —Sí, definitivamente.

—¡Jacob! —lo reprendió aterrorizado su esposo—No le digas eso a la niña. No apestas, cielo...solo necesitas un poco de práctica.

—Y Estados Unidos necesita un poco de mejorías en su gobierno. —volvió a agregar mientras le ponía sal al estofado, ganándose una mirada asesina de parte del rubio—. Lys, eres una artista increíble, pero si hablamos de maquetas, estoy seguro que Ryker lo haría mejor.

Ryker era el perro.

Intercedí sentandome junto a ella. —Yo creo que si buscas en internet algún tutorial o algo...

—Esto es de un tutorial. —bufó sonoramente y se levantó de la silla para arrogarse al sofá—. No sacaré la carrera, acabo de tomar la decisión. Me quedaré aquí para que me mantengan hasta que tenga sesenta años y mueran.

Jacob asintió. —Podrías ocupar tu tiempo para ir de pub en pub emborrachándote.

—Me parece estupendo, ¿te animas, Gilbert?

—Lyla Blythe, no te llevarás a tu primo menor a una taberna. —agregó William.

—Tienes razón, pá. Qué aburrido, mejor vamos a un striptease. —me guiñó un ojo.

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora