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Anne.

La noche era cálida a pesar de la frialdad que emanaban las palabras provenientes del interior, a lo lejos se veía la luna que escapaba de su madriguera de estrellas mientras nosotros nos mirabamos los pies como niños regañados.

—Creo que acabo de desbloquear un nuevo miedo —expresó Jerry mirando la puerta con cara de pánico—. Desde ahora en adelante haré todo lo posible para jamás hacer enojar a Marilla.

Con Gilbert soltamos una risita y el ambiente volvió a sentirse cálido otra vez. —Jamás había visto a papá levantar la voz en toda mi vida, y eso que una vez ensucié su camiseta blanca de Eagles con plumón permanente rojo.

—Una vez con mi hermano pequeño hicimos una pintura en la pared con su papilla de frutas. —agregó Jerry y caminamos hacia el olivo al costado de la casa—Le dije que papá le había ordenado limpiar con la lengua, y lo hizo.

—¡Jerry! —solté un grito entre divertida y choqueada— ¡Qué malo!

Gilbert rió sentándose en el cesped y apoyó la espalda sobre el árbol. Copié su acción y me senté junto a él, nuestras piernas tocándose entre ellas. —¿Tienes muchos hermanos?

Asintió. —Seis.

—¿Seis? —preguntó otra vez Gilbert abriendo mucho los ojos—. Debe ser divertido tanto movimiento en la casa todo el tiempo.

Jerry soltó un bufido. —Si eliminamos el ruido a todas horas, tantas bocas para alimentar con tan poco dinero, y lo insoportables que son todos, podría ser, sí.

Noté como Gilbert bajaba la cabeza avergonzado por sus palabras y quise amenizar su culpa.

—La pregunta no es cómo Jerry soporta toda esas cosas, sino como ellos lo soportan a él a todas horas, todo el día. —agregué soltando una risa, Jerry entrecerró los ojos en mi dirección— Ni te imaginas cómo es convivir con este ser en una misma casa.

—¡Já! —vociferó tirándome un pedazo de césped al cabello—. Anne está todo el día a todas horas hablando sola y en las noch....

—¡Alto ahí, Jerry Baynard! —estiré una de mis piernas hacia él, amenazante, y él levantó las manos en rendición—. Ni una palabra más.

Puso una sonrisa malvada y miró a Gilbert de reojo. —En las noches ella...

Me impulsé aún más para poner la pierna más cerca y fruncí el seño en mi mejor imitación de malvada de cuento imitando su francés: —Silence, insecte.

—En las noches....ella duerme muy bien y como una princesa. —agregó con sarcasmo, y bajé el pie otra vez al suelo.

—Buen chico.

Gilbert a mi lado soltó una carcajada y le saqué la lengua como una niña pequeña, él como respuesta me lanzó un beso.

Jerry nos miró como si fuéramos lo más asqueroso que hubiera visto en toda su existencia.

Estuvimos conversando varios minutos más, con ellos complotando siempre para molestarme, cuando la puerta principal se abrió dejando ver a Matthew y a Lucy, que al notarnos caminaron hacia nosotros.

—¿Muy mal? —preguntó Gilbert y Lucy le dió la razón con la cabeza.

—Iré a dejar a Lucy a su casa. ¿Quieren que los pase a dejar también? —preguntó Matthew.

Jerry asintió poniéndose de pie pero yo me mantuve en el mismo lugar y miré a Gilbert. —Eh, yo...voy a esperar a Marilla para apoyarla cuando salga.

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora