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Anne.

Los meses que siguieron luego de mi estancia en el santuario y las vacaciones de verano se podría resumir en muchos hechos aislados, efímeros, de aprendizaje y distintos unos de otros, así que trataré de ser precisa por primera vez en toda mi vida.

Fase 4: Anne múltiples oficios.
Duración: Muchos meses, ya perdí la cuenta.
Monólogo interno: Podemos encontrar pasiones en infinidades de cosas a nuestro alrededor.

Descubrí que la mayoría de las vaquitas tienen una mancha en su cabeza con forma de corazón. —Roy me dijo que no parecía corazón, sino que una mancha y ya, pero él no juega porque es aburrido —. Y que les encanta jugar con pelotas.

Perdí toda sensibilidad a los olores fuertes al recoger cerros de estiércol con una pala, y al pasar tiempo con Daniel —uno de los voluntarios— al que le gustan mucho las cosas que lo hinchan y producen reacciones fuertes en su cuerpo.

También pude sacar a flote una parte de mi personalidad que no conocía al dedicarme a la jardinería en la huerta, en parte porque Marilla decía estar enfermera por períodos enormes de tiempo, aunque con los chicos sabíamos que no era así.

La biblioteca de Mary se convirtió en mi rinconcito en el mundo luego de que terminara de leer todos los libros de casa, y luego de que le prohibiera tajantemente que sacara a relucir el tema del muchacho que ella extraña, y que yo ya no.

Me corté el cabello hasta los hombros. Y soy fiel creyente de que es una acción casi poética, es como si al desprenderte de esa parte de ti, algo cambiara.

Me di cuenta de que Roy no merecía el título que le habíamos puesto con Diana del hermano gemelo de las sombras, sino que por el contrario, amaba muchas cosas aunque tratase de no mostrarlo al mundo. Podría decirse que hasta más que yo misma. —bueno quizás no tanto, pero varias después de todo—. Dentro de ellas podría enumerar la mantequilla de maní, la noche, poner en modo avión el teléfono, los animales, su hermana y las chicas del Santuario, salir a andar en bicicleta muy temprano en la mañana, la escultura y a Venus.

Me hice una cuenta de Instagram, aún no sé bien para qué funciona ni porqué se llaman historias las fotos del circulito de arriba, y publicaciones la de los cuadrados de abajo. Cuando en realidad yo las definiría al revés, pero bueno, estoy tratando.

Aprendí a cocer y unir telas, y aunque las costuras me quedaban bastante feas, llegué a hacer muchas capitas de colores para las vaquitas, y cerditos. Con orejitas y todo.

Terminé de convertir mi habitación prácticamente en una jungla, y no dejé un sólo espacio de más de 50 cm sin una planta que embelleciera el entorno.

Ah, y también cumplí 16 años.

—Anne. —sentí una voz a la lejanía apartarme del estado de ensueño maravilloso en el que estaba—. Anne...

Estiré la mano para golpear al ente o a quién sea que tratara de despertarme pero un chillido de dolor hizo que abriera los ojos de golpe al pensar en la posibilidad de que fuera uno de los Cuthbert.

—¡Auch! —gruñe Jerry pasando la mano por frente—. ¿Y eso por qué?

—Ah, eres tú. —es todo lo que digo para volver a voltearme y a tratar de dormir.

Volvió a moverme. —Tienes que levantarte.

Yo lo golpeé otra vez con la mano. Estaba cansada, el día anterior al santuario habían llegado tres terneros y eso me había desgastado mil por ciento.

A Jerry pareció no importarle porque tiró las mantas para atrás.

Gruñí. —Bassssssta.

—¡Es una emergencia, Anne! —vociferó casi gritando, las Mini Anne's con mini antifaces para dormir quisieron quitarle las cuerdas vocales—. Es Matthew...se...se cayó ¡y murió Anne!

Anne Of The Present Donde viven las historias. Descúbrelo ahora