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- ¡Apresúrate, Min Yoongi! Nos dejará el maldito autobús por culpa tuya -Mina esta súper exasperada, debería de dejar de tomarse cada asunto muy en serio, hace falta que de vez en cuando ella quiera llegar tarde, pero no es como si pudiese decirle lo mucho que me desagrada que siga de insistente, es mi hermana después de todo.

- Min Mina -reclame-, no debes decirle a tu hermano mayor que hacer -observe desde el espejo que teníamos colocado justo en el pasillo de la entrada como ella viraba los ojos demostrando el fastidio que le causaba.

Desde la mudanza a Seúl, Mina se ha puesto cada vez mucho más temperamental en algunos asuntos, además estaba el hecho de que siempre me culpaba a mí por sus llegadas tarde al trabajo, cuando ni siquiera era mi culpa, no totalmente, la tonta se levanta casi a las ocho cuando la hora de entrada a su oficina es a las siete, por supuesto le han reprendido muchas veces por eso, pero ¿qué puedo decir? No es mi culpa, le despierto casi a las cinco de la mañana, y ella no quiere ni siquiera mover un sólo dedo del pie para salir de su cama, no me deja más remedio que dejarle dormir más.

- Yo soy la mayor -y allí estaba el reclamo de nuevo-, déjate de tonterías, tu camisa se sigue viendo igual de fea -sonreí con diversión, amo a mi hermana, ella lo sabe, a veces podemos pelear y discutir por pequeñeces, pero es parte de la diversión en familia, nadie es perfecto.

- ¡Hora de irnos! 

- ¡Por fin! -levanto sus brazos en un gesto exagerado y las bajo de inmediato dándole una fuerte palmada a sus piernas-. De todas formas harás que se nos haga tarde a ambos -y más reclamos, es una dulzura.

Camine hacía ella, llevábamos algo de prisa, no era mucha, mi graduación estaba casi a la vuelta de la esquina, tocando cada vez más hacía la punta de un rascacielos, tan cerca que de sólo pensar en ello mi piel se eriza, tendré que buscar otro empleo, y tal vez los fines de semana ayudar en la cafetería a mis padres, mire a mi hermana, su cabello revuelto, seguramente se peinaría de camino a su trabajo, seguramente caminaría un par de metros lentamente para poder anudarlo en una coleta y por fin dejarlo lo mejor posible, casi siempre hace eso cuando se le hace tarde.

- ¿Haz pensado en lo que hablamos la otra vez? -le mire de reojo, observando su expresión de seriedad, Mina es casi como yo, cambiamos mucho en unos rasgos, como en los ojos, ella no los tiene tan rasgados como yo los tengo, además de que también su nariz en un poco más pequeña que la mía, es extraño, a veces decían que parecíamos gemelos idénticos, pero tanto ella como yo nos reíamos al escuchar eso, no somos gemelos idénticos, nunca lo fuimos de hecho.

- Si te refieres a lo de buscar un empleo, estoy en eso -las comisuras de sus labios se alzaron levemente, estaba feliz por la simple razón de que le había hecho caso a sus comentarios insistentes-, el problema es que será difícil -solté un pequeño silbido-, ¿quién querría a un diseñador de interiores?

Ella se encogió de hombros, para después dar gestos pequeños de negación con la cabeza.

- Tal vez puedas encontrar trabajo en una empresa ¿no crees?

- ¿Una empresa? -ella asintió-. Lo dudo mucho, sería como que contratasen a alguien inútil ¿no crees?

- No lo creo, eres bueno en lo que haces, apuesto a que te contrataran a la primera -chasqueo sus dedos-, mi hermano trabajando en una empresa multimillonaria con su basta experiencia en diseños de interiores, ¿te lo imaginas? Serás la estrella del lugar.

- Ja... ja... ja... -ella soltó una risa ante mi felicidad falsa-, no te hagas la divertida, que algo como eso ocurra sería como lo más tonto y ridículo.

- ¿Qué no eso siempre te pasa a ti?

Encogí mi brazo para después acercarlo y darle un leve codazo en las costillas a mi hermana, haciendo que ella soltase un chillido molesta por mis acciones, disfruto de hacerle enojar, y ella a mí, no es algo que deba disfrutarse pero que definitivamente es encantador, nuestros pasos seguían escuchándose por las escaleras, si tan sólo hubiese un elevador en este edificio, todo sería muy distinto para ambos.

- Bueno, Yoongi -menciono Mina cuando bajamos por fin a la planta baja del edificio-, te dejo, saluda a nuestros padres de mi parte -miro su reloj colocado en su muñeca derecha, abriendo un poco más sus ojos, ¿tan tarde era?-. ¡Ahora debo darme más prisa!

Y antes de que siquiera dejase que me despidiese de ella, salio disparada hacía la salida del edificio, quería alcanzarla, pero definitivamente no lo haría, Mina podría chocar con alguien, de todas formas, me atreví a levantar la voz para poder gritarle:

- ¡No te pases los altos, niña tonta!

- ¡No prometo nada, Yoon! -negué lentamente con mi cabeza mientras que vi como ella llegaba a la puerta de la salida, tomaba la manija con su mano derecha, jalaba la puerta y salía de nueva cuenta disparada, sólo espero que no le pase nada, aunque dudo mucho que le pase algo grave, Mina casi siempre tenía la suerte de cruzar la carretera y no ser golpeada por ningún vehículo en movimiento.

Mi celular comenzó a sonar, un ringtone de campanas se escucha incesante, no contesto, sé que es mamá, seguramente ya esta preocupada, después de todo, estoy a casi quince minutos de llegar tarde a la cafetería, tome aire, no me gusta mucho correr, pero en estos casos si que es necesario hacerlo, así que me hice dos pasos hacía atrás, para por fin mentalizarme, apretar mis muslos y comenzar a correr, no debía de estar tan tarde.

Tied To Your Orders ||JimSu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora