Cuando estoy yendo para la salida, pienso en que quizás debería de embriágame, quizás así olvide todo esto. No me quiero sentir como me siento en estos momentos engañada y traccionada. Nunca me sentí así, y creo que esto lo debo agregar a mi lista de "nunca"; bromeo en mi fuero interno solo para hacerme sentir menos miserable.
— ¿Disculpa, pero aquí ahí algún mine bar o algo así en donde pueda tomar algo? – le pregunto.
— Si, por allí estala barra – me señala.
Camina hasta la barra, ahí aun costado lo veo besando o más bien mordisqueando el cuello de una chica. Esta jadea. Me quedo ahí mirándolos; tengo los ojos abiertos como platos. Sus brutas manos le acarician la cara, luego la chica frenética intenta besarlo, pero Christopher no se lo permite, sigue mordiendo su cuello.
Le levanto la pollera y mete sus manos por de bajo de ella. La chica morena enseguida le quita la campera con desesperación mientras gime. Acto seguido Christopher intenta poner sus manos alrededor de su cuello, no se si para besarlo o para ahorcarla como le gusta hacer. La morena lo detiene poniendo su mano izquierda en su boca. Y Christopher lo mira con lujuria en los ojos. Muevo ligeramente la cabeza no pudiendo creer lo que ven mis ojos.
— Te dije que aquí no. – dice la chica de rizos.
— ¿Te rendirás ante mi? – le pregunta
— Si, amo. – responde como toda una sumisa disciplinada.
Christopher es el primero en salir, ni se percato de mi presencia, ni tampoco la chica de rizos. Los veo subir las escalares, << y por un momento solo por momento, pienso en seguirlos >>, pero no lo hago. No quiero oír lo que hacen. Siento que el corazón se me parte en dos, es como si mi corazón hubiera sido metido en una licuadora a una super velocidad para luego ser destrozado y pastado.
Durante todo el trayecto al penhouse, no dejo de ver una y otra vez esas imágenes en mi cabeza. ¿Qué se supone que haga?, ¿Debo irme? <<Si debes irte, y no volver más>>. Es más vete antes de que venga. ; me dice mi subconsciente. Me estoy debatiendo seriamente esto, pero hay algo que me lo impide.
No podía creerlo, realmente no podía creer que Christopher fuera capaz de hacerme eso. ¿Qué estoy diciendo? el es un psicópata , un sociópata sin corazón <<¿de verdad pensantes que podría amarte , Zora?>>; me pregunta mi subconsciente. << ¿ De verdad creías que el sentía algo por ti? ¿De verdad creíste que el sexo haría que el te quisiera? Tu no has firmado ningún contrato con él, tu no eres exactamente la sumisa que él quiere y te tolera por quién sabe por que; sigue diciéndome mi subconsciente que últimamente está muy activa y muy pesimista. Me recuerdo porque sigo estando aquí, y porque aún no soy capaz de irme. ¿Acoso soy su prisionera ? ¿Soy su esclava sexual? ¿ En eso convertí? ¿En eso me ha convirtió el ? Eso es lo que espera él de mi?
Y de pronto escucho que suben las escaleras. Me doy vuelta y miro para otro lado me hago la dormida. Siento que abre la puerta de mi cuarto. Aun me hago la dormida. No quiero verlo, no se si puede volver a verlo después de verlo besar el cuello de una chica. Y viene como me engañaba.
Siento que me toca con << ¿delicadeza? >> la mejilla. Su dedo se desliza por mí mejilla derecha. Quiero abrir los ojos y míralo a los ojos, ver su expresión, pero algo me dice que no lo haga; es esa alarma que dice podría ser un truco. Lo dejo. Minutos después escucho sus pasos que disminuyen.
Y de pronto quiero asesinarlo, quiero que se muera, deseo que se muera por solo hecho de arruinar mi vida. ¿Por que de ayudarlo y el porqué permanecer aquí? cuando es una mala persona que lastima a otros. él no me merece nada más qué morir. Quedarse ahí sólo, sin que nadie lo ame.
Despierto y me encuentro con un gran ramo de rosas rojas y blancas junto a mi mesa de luz. observo ese arreglé de rosas con furia ¿de verdad cree que puede comprarme con esto? ¿Y que lo perdone?
Al bajar las escaleras el esta ahí errático como siempre siendo el mismo Christopher frío y duro.
— ¿el arregló de rosas estuvo bien? – me pregunta como si eso tendría que preguntar.
— ¿porqué me has dado rosas?
— pensé que te... – se detiene. – no lo sé. ¿Te gustó o no ? – pregunta mal humorado en tono seco.
— depende.
— ¿depende? ¿Qué significa eso?
— ¿ depende lo que signifique para ti?
— no entiendo. Habla claro.
— no eres como otros hombres, no intentes pretender que si. No conmigo.
— entonces no quiere que sea más... – se detiene cuando lo miro con una expresión ávida.
— más romántico, más fiel . – completo moviendo ligeramente la cabeza. – no juegues conmigo porque yo no seré una de tus juguetes a los que puedes usar y descartar. – elevo la voz. – No quieras cómprame con rosas, no cuándo no es lo tuyo. – agrego levantándome de la mesa.
— ¿a dónde irás? – me grita.
— ¡vete a la mierda! – exclamo.
No sé si hice bien y que consecuencia de tendré en el futuro. Pero ahora no importa. Estoy realmente enojado con él. Y se lo merece.
Subo al auto y me dirijo al club.
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Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅
Teen FictionElla una problemática Él un asesino Una atracción peligrosa como obsesiva ¿Te atreves a jugar? Obra registrada en Safe Creative. Código: 2401246754869 QUEDA PROHIBIDA SU DISTRIBUCIÓN TOTAL O PARCIAL POR CUALQUIER MEDIO DIGITAL O IMPRESO SIN PERM...