Prólogo

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Siempre fui una chica problemática, toda mi vida es un desastre, mis padres se separaron cuando yo tenía 9 años, vivía con mi madre en una vieja casa en Pensilvania, un lugar muy aburrido con un ningún futuro. Nunca pasaba nada interesante. Mi padre estaba en la cárcel por tráfico de drogas con lo cual, casi todos los fines de semana la pasaba en la cárcel hablando con mi padre a través de un vidrio. Cuando mi madre murió a los 13 años fui enviada un orfanato del cual me escapaba y me metía en serios problemas, ninguno quería adoptarme , pero lo entendía quien quería a una chica problemática. Igualmente no quería nuevos padres, no necesita que me cuidaran, podía cuidarme sola, siempre supe valerme por mi misma.

A los 17 años me escape del orfanato, y no volví nunca más, ni supieron de mí. Era una callejera y vivía el día a día. Fue cuando descubrí que podía obtener lo que quería si <<roba>> me vestía con la mejor ropa, pues le roba a los ricos, a los famosos en algunas ocasiones. Averiguaba su dirección y roba. Era una ladrona y me gustaba serlo. Tenía todo lo que quería, ingrese a la universidad para estudiar psicología, pero renuncie justo en el último año, la razón ; le roba a mis compañeras de cuarto ropa y zapatos.

No tenía nada que envidiarles a las demás chicas salvo la vida que llevan, << esa vida perfecta, esa familia>>, que yo nunca tuve. Cuando cumplí los 26 años mi padre murió en la cárcel, nunca supe el motivo y ni tampoco quise saberlo. Después de todo no era buen padre.

Mi vida no es tan simple, pienso cambiarla.

- ¡Zora! - Me grita mi jefe. - Un cliente

Alzo la vista y atiendo a la mujer.

- ¿Qué desea?

- Un licuado.... Mmm - Se pone a pensar. Largó un suspiro de enojo. Odio que los clientes me tengan esperado para tomar su orden.

- ¿Ya decidido?

- Mmm... dejame ver que tiene el licuado de frutas

- Frutas.

- Si, por supuesto.

La mujer sigue mirando el cartel, y mi paciencia se descontrola.

- Sabe que porque no se ve a la mierda y vuelve cuando sepa lo que quiere tomar. Hay otros que también desean ser atendidos.

- ¡Zora! - Me reta mi jefe quien me lanzo una mirada.

Esfuerzo una sonrisa y digo:

- Lo siento, puedo recordarle el juego de frutos rojos. Es muy rico.

Asiente con la cabeza y preparo el jugo. Odio este trabajo, pero no puedo darme el lujo de que me despidan, necesito el dinero para pagar el alquiler de mi casa, vivir en Nueva york no es nada barato. Sus alquileres son altísimos.

Le entrego el jugo y amablemente le digo:

- Gracias, vuelva pronto.

Al terminar mi turno en Starbucks, me voy a mi casa. Me preparo una rápida cena y me voy a dormir.

A la mañana siguiente me despierto, me visto y me en camino al trabajo. Saludo a todos con un simple << hola>> y me pongo el uniforme. Agarro un capuchino y uno de los muffins con chispas chocolate.

Una vez más un cliente me saca de mis casillas.

- Oiga, acoso es tan complicado elegir una bebida. Porque no lo piensa antes de hacerme perder el tiempo. - Protestó.

- Hey ! , así sueles tratar a los clientes. - digo una voz a la que reconocí de inmediato

- Me disculpa. - Le pido al cliente y miró con enojo a mi ex novio quien en el pasado no me trato nada bien. - ¿Qué quieres? - pregunto con el ceño fruncido.

Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora