No sé cuánto tiempo he dormido, pero me pareció que he dormido muy poco. Miro el reloj de mi mesita de luz y me doy cuenta que son cuatro de la tarde y se supone que debo ya irme a la sociedad. Tengo una clase. Enseguida me levanto, me doy un baño rápido y me cambio. Salgo con mucha prisa. Como es que no me he dado cuanto; me reto a mí misma.
Minutos después llego al edificio. Camino hasta los asesores. Espero y subo al primero que viene. Aprieto el botón y por un momento pienso que tal vez mi huella no este registrada, porque la primera vez que vine Christopher lo toco por mí. Ahora él no está. Como supone que llegue al piso; me pregunto. Con miedo aprieto el botón y me sorprendo al ver que sube. Como una estúpida sonrió, porque mi huella está registrada. No sé cuándo paso, esto, pero estoy registrada.; grito en mi fuero interno.
Voy hasta la sale de reuniones. Ahí veo a Lynn, Minerva y otra chica que no conozco. Es una hermosa mujer latina de cabello negro largo lacio hasta los hombros. De piel morena y lisa cual porcela. Su rostro es en forma de corazón con facciones delicadas. Posee unas gruesas cejas que resaltan sus ojos color chocolate. Tiene también una delicada y pequeña boca con unos gruesos labios que lleva pintura de rojo carmín. Parece ser alta de unos 1.67 . m aproximadamente, de contextura delgada y peños pequeños, pero bien firmes llamativos; pienso.
Me mira con timidez. Creo que es de esas personas retraídas y cerradas.
— Hola, Soy Zora. – me presento rompiendo el hielo. – ellas son Lynn y Minerva. – las presento. Ellas la saludan.
— Hola, soy Vania Russo, pero mis amigos me dicen Vi, bueno lo harían sin los tuviera. – dice nerviosa con una sonrisa.
— Un placer Vi. – digo. – no te he visto antes, ¿estabas en las otra clase? – pregunto.
— No, mis horarios son diferentes a los de ustedes, creo que solo coincidiremos en algunas clases. – responde. Asiento.
Cuando estoy a punto de decir algo veo entrar a un hombre joven que debe detener mi edad o un poco más. Es de rostro alargado de facciones firmes y duras. De piel blanca, pero no tanto. Apenas tiene barba en su rostro, pero lo que me llama más la atención son sus ojos. Son hipotónicos y atractivos. Son una mezcla de verdad con azul. Son muy profundos. Y tengo que admitir que es atractivo. <<Si es atractivo. >> no puedo dejar de mencionar eso. Tiene el cabello corto y rapado. Lleva unas raras trenzas, que se me hace que son muy un estilo vikingo algo así.
— Vaya, vaya. – dice mirándonos con seriedad como si no le gustara que fuéramos mujeres. – es la primera vez que me taca ensegueñarles a cuatro mujeres. – dice con dureza.
— ¿Y tienes algún problema con eso? ¿acoso eres machista? – cuestiona yo.
— ¿Y tú eres?
— Zora Cooper.
— Cooper, antes de abrir la boca debes de tener mi permiso. Sino no debes hablar.
— Disculpa, pero tu tono y tú mirada no me agrado.
— No tiene por qué agradarte, ni yo tampoco. – contesta. Asiento y una vez nos miran. – Soy Chester Skipton, seré su mentor de combate y estrategias de batallas. – se presenta. – les enseñare técnicas de combate, y estrategias de batallas. Es decir las estrategias del juego y sus funciones. Este entrenamiento varía de año en año por lo que no se liberan de mí. Ya que por más expertos que sean deben seguir entrenando conmigo. – explica. Las cuatro asentimos. – tendremos una clase teórica y otra práctica. – añade.
La clase teórica empezó, y tengo que decir que no entiendo nada de lo que dice. No comprendo los esquemas del campo de batalla, << si, hay muchos campos de batallas, al parecer>>. Ni tampoco entiendo porque los jugadores estarían mejor un lugar y no en el otro. Anoto todo lo que dice.
— ¿Estas perdida, Cooper? – me pregunta al ver que de aseguro mi cara de frustración y perdida.
— Sí, no entiendo bien, las estrategias de juego en cada campo de batalla. –confieso.
Suspira, moviendo sus manos y dice.
— Pongamos lo así. ¿Has jugado alguna vez al ajedrez? – me pregunta.
— No.
— Al menos sabes de que se tratara.
— Sí, más o menos. Es un juego de estrategias y debes de pensar cada moviendo o de lo contrario el oponente te vence. – asienta por mi explicación. Que para mí no es muy buena.
— Bueno esto es parecido al ajedrez. El juego de sangre, es como jugar al ajedrez, de hecho en cada equipo hay 16 jugadores. Tal como las fichas del ajedrez. – me explica. Asiento. – el campo o la arena como quieras llamarlo es el tablero, y debes conocer bien todos los campos de batallas. – asiento. – ¿si estas un punto ciego, dirías que tendrías una buena visión de un enemigo o estarías salvo y podrías matar sin ser detectada? – me pregunta.
Me detengo a pensar en mi respuesta.
— Pobremente, estarías salvo, pero depende de donde este el punto ciego, podría ver o no ver a mi enemigo. – me mira con una expresión ávida
— ¿Entonces esa sería una mala estrategia?
— Sí, eso creo.
— Pero segura, segura no estas. – niego con la cabeza. Mueve su mano y dice. – los campos está lleno de puntos ciegos buenos y no buenos, debes conocer cada uno de ellos. No puedes solo ir a uno y estar ahí a que suceda el milagro. Eso podría perjudicar a tu equipo si has elegido mal. – asiento.
Siguió explicando las distintas estregarías de juego. Y por un momento pensé que esto es infinito. No es un simple juego de batallas, es más que eso, tienes que pensar en cada movimiento, en cada estrategia, conocer muy cada campo de batalla. Es muy complejo. <<Y claro tendría que quizás saber más del juego para poder entenderlo por completo>>.
Luego de la clase teórica, pasamos a la práctica. En donde hicimos reconocimiento del lugar << del campo>>, y también nos enfrentamos en combate una con otra. Al terminar el día comprendí un poco más este juego. Aunque quería saber más de este juego.
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Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅
Fiksi RemajaElla una problemática Él un asesino Una atracción peligrosa como obsesiva ¿Te atreves a jugar? Obra registrada en Safe Creative. Código: 2401246754869 QUEDA PROHIBIDA SU DISTRIBUCIÓN TOTAL O PARCIAL POR CUALQUIER MEDIO DIGITAL O IMPRESO SIN PERM...