Asesinos

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En eso Manson se da vuelta y me mira fijamente.

— No has visto, nada. – me dice con tono amenazante.

— ¿Qué fue lo que paso? – pregunta calmada como si eso no me importara, la verdad es que no me importa.

— Porque te lo diría, eres sola la camarera.

— Si, tal vez lo sea, pero también soy buena para escuchar.

— No lo entenderías.

— Pruébame.

— Niña, es mejor que te alejes de aquí.

— ¿eres un jugador asesino? – pregunto con naturalidad. Manson frunce el ceño con confusión.

— ¿Cómo es que sabes eso? ¿Quién te mando? ¿Para quién trabajas? – me interroga con alteración mientras me aprieta el rostro con su enorme mano que cubre toda mi mandíbula, en su otra mano lleva el cuchillo. Me amenaza. – ¿eh, responde? – exige.

Tengo que reconocer que en estos momentos estoy en algo asustada, aunque no parezca. Trato de que no se note, trato de ser fuerte y valiente como lo fui toda mi vida.

— ¡Christopher White! – grito como si ese nombre fuera a salvarme de un posible asesinato.

— ¿De dónde lo conoces? ¿Cómo sabes de él? – pregunta ahora.

Efectivamente eso empero su mal genio y su desconfianza. De pronto se me forma un nudo en la garganta y no puedo hablar de los nervio. Pero es más bien el miedo que me está atacando. Este sentimiento meto desprevenida, y por primera vez en mi vida tengo miedo.

— Ahmmmm....él... es...mí...– tartamudeo. – a...amo. – titubeo. Ruego para que eso lo convenza y me deje de apretar el rostro.

— No te creo.

— Es la verdad. – aseguro.

— Sí, eso dicen todas. – siento el filo del cuchillo que roza mi piel. – lo siento, pero no puedo dejar testigos, son las reglas. – siento el filo en mi yugular.

— ¿¡Pero que carajos, haces!? – exclama Arian. – aparte de ella. – ordena.

— Pero señor, la camarera, me... – Arian lo detiene.

— ella es la amante de Christopher. – Manson iba abrir la boca para protestar, pero antes de que eso pase inquiere. – Ella lo sabe todo. – No sé si eso basto para convencer a Manson, pero basto para que soltara y quitar sus manos de mí. – Ahora, por favor encárgate del asunto como se debe. – añade.

Arian me lleva lejos del sótano. Noto que ya no hay gente, todos se ha ido.

— Siento eso lo que paso. – se disculpa.

— Está bien. – titubeo. Aun el cuerpo me tiembla por el miedo que me dio Mason. Debo reconocer que él si da miedo. – ¿Quiénes eran? – pregunto curiosa.

Arian me mira con seriedad. Creo que está evaluándome.

— ¿Qué tanto te ha contado?

— Me contó lo de la sociedad de sangre, que hay gente de prestigio que son asesinos. – asiente. – también se lo de los contratos y de los juegos. – se rasca la cabeza y lanza un suspiro.

— Él te comento que no todos son gente de prestigio y que tenemos enemigos. – niego con la cabeza porque olvido ese detalle.

— La mayoría de los que forman parte de la sociedad, son ex convictos, psicópata de mentes, asesinos por naturaleza. Hay gente muy peligrosa. Estos fueron reclutados por la sociedad de sangre. – <<eso explica muchas cosas, como porque Manson se ve tan temido de aseguro es un asesino despiadado>>. – si bien la sociedad nos permite  matar a otros asesinos, en los distintos juegos, a veces en ellos solemos matar a personas inocentes que quiere experimentar ser asesinos u otros casos matamos drogadictos personas que no aportan nada en la vida que son simplemente desechables.

<< Que gente que quería esto>>; pienso. Hay gente que está mal de la cabeza, tal como yo lo estoy por mi obsesión, lo que me llevo estar aquí rodeada de asesinos y de su mundo que cada vez se vuelva más extraño.>>

— Comprendo. - 

— Hay policías que nos tiene en la mirar y tratan detenernos por los múltiples asesinatos que hemos cometido. – me explica. – ellos eran unos infiltrados e iban delatarnos y revelar la identidad de la sociedad. – revoleo los ojos con confusión.   

— ¿Cuántos asesinos trabajan aquí? – pregunto curiosa.

— La mayoría son asesinos.

<< ¿Qué clase de mundo es este?, ¿en dónde me he metido realmente?>>; me pregunto. ¿Realmente puedo confiar en ellos?

— Dime la verdad, ¿porque me has ofrecido este trabajo?

— ¿Porque preguntas eso?

— Si esto es una especie de club de asesinos, porque me ofreciste este trabajo sabiendo que estoy rodeada de asesinos que pueden matarme. ¿porque tan confianza? – indago. – No temes a que hable, no me conoces. – inquiero.

— Es verdad, no te conozco y no sabría decir si puedo o no confiar en ti. – mueve ligeramente la cabeza. – pero Christopher parece confiar en ti por alguna razón y yo respeto eso. – asiento. – por lo tanto confiere en ti.

— ¿Qué quiere decir eso? – pregunto incrédula.

Suspira.

— Te contrate porque me pareces una persona muy observadora, atenta que esta consiente de todo lo que paso alrededor. Y necesito alguien así. Que no tema a decir lo que piensa o cuestionar todo. Eres inteligente, Zora. – pestañeo dos veces atónita.

— No a muchos les gusta como soy, por eso he tenido muchos problemas. – comento.

— Quizás no encajabas con el resto de las personas. Quizás solo debías toparte con unos asesinos. – me responde.

— Tal vez sí. – murmuro. 

Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora