Reyna

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Aun siento esa sensación extraña. Cuando logro conciliación el sueño, oigo gemidos. <<Genial, lo que me faltaba>>. No sé cuándo tiempo he dormido o si he dormido.

Despierto y pienso; hoy viviré el caos   habitual de una boda. Y menos mal que es hoy y que no se les ocurrió hacer la fiesta de compromiso por un lado y la cena de ensayó otro día. Al menos fueron prácticos. En realidad fue todo rápido, y sencillo supongo.

Me doy una ducha rápida y me pongo ropa cómoda ya que debemos viajar a hasta Los ángeles.

Y otra vez escucho gemidos y pienso que no se casan nunca.

– la próxima vez iré a un hotel. – pienso en vos alta.

Hubiera estado todo listo antes si estos dos no se estuvieran cogiéndose  tanto; pienso con ironía. Sus gemidos son insoportables y tengo que aclarar que los gemidos de Savannah parecen llantos, parece estar sufriendo. Y entonces mi rostro se crispa al pensar que tal vez  sean gemidos de horror. Enseguida correo hacia la habitación pensando lo peor.

En cuanto abro la puerta me arrepiento.... Los veo desnudos cogiéndose salvajemente. El vestido blanco está en el suelo.

— lo siento... sigan en lo suyo. – cierro la puerta enseguida. Escucho risas de parte de Jasper y Savannah.

Al cabo de unos minutos la puerta de la habitación se abre. Jasper me mira como si me hubiera comido un pobre perro.

— pensé lo peor. Sus gemidos son extraños, pensé que la estaban matando o algo así.

— la estaba matado, pero de placer. Y si son extraños sus gemidos, pero me fascinan. – comenta. – Y deberías de oírla cuando... – lo detengo.

— no quiero tanta información. – le aclaro. – Es algo tarde hoy te vas casar y deberíamos de haber salido.

— lo sé. – dice entrando a otra habitación.

Y de pronto veo pasar alguien, clavo la vista en aquel pasillo, me paso la mano por el rostro, sacudo mi cabeza ligeramente y suspiro con fastidio. <<Debes calmarte, Damon>>

Después de unas largas 6 h llegamos a Los Ángeles, y me pregunte porque diablos nos trasladamos a otra ciudad cuando tranquilamente pudieron hacer la boda en la casa que tenía capacidad para 300 personas en el jardín.

— Recuérdame ¿por qué  haces la boda en un salón en Los Ángeles? – comento bajando del auto

— Yo quería hacerlo en la casa, pero cuando estuvimos aquí, ella visito un salón y le gusto. Además su familia es de aquí quería hacerlo en su ciudad natal

— Me parece una estupidez.

— Eso pensé yo, pero el salón es hermoso, ya lo verás. –dice entrando.

En cuanto entremos observo cómo los mozos y las meseras hacen su trabajo. Parece tener todo bien organizado. Nos direccionan a unas habitaciones para que podamos cambiarnos tranquilos y me arrepentí enseguida de a ver aceptado ser el padrino de bodas; muchos recuerdos pasan por mi cabeza.

 Nos direccionan a unas habitaciones para que podamos cambiarnos tranquilos y me arrepentí enseguida de a ver aceptado ser el padrino de bodas; muchos recuerdos pasan por mi cabeza

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Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora