Lo sigo hasta al campo de batalla en donde veo a un momento de gente que me mira. Al parecer soy la única que se va iniciar hoy. Y me pregunto si a veces será así o serán varios. Odio tener sus ojos en mí, me siento extraña. Quisiera que hubiera otros, pero no.
Estoy ahí parada recordando lo que tengo que decir en cada momento.
— Zora Xiomara Cooper. – me llama. Miro para todos lados, aunque sé que es soy la única ahí. <<esa soy yo. y si yo>>>
Me acerco a la mujer de rostro ovalado con una horrible cicatriz en su rostro que le va de su ojo izquierdo a su labio haciendo como una especie de serpiente. De hecho tiene una serpiente dibujada en su brazo derecho. Me mira con seriedad.
— ¿Has elegido? – me pregunta.
— Sí.
— Te aviso que una vez que hayas elegido el equipo no puedes cambiarte. – asiento. – le debes ser leal de por mi vida. – añade.
— Si lo comprendo. – no sé si debía responder eso. ya que Christopher se lo olvido decirme eso.
— ¿a quién has elegido?
— Al equipo White. – sonríe o eso me parece porque su expresiones son raras.
— como prueba de lealtad hacia el equipo White debes hacer una herida con el arma que le pertenece al equipo White en tu mano izquierda. – me dice dándome un cuchillo.
Ahí veo que sobre la mesa también hay cuatros objetos que supongo que corresponden a cada equipo. Tomo el cuchillo con anterioridad me ofrecieron con mi mano derecha para cortarme la palma de la mano de la izquierda cuando sea el momento.
— Juras lealtad al equipo White. – me pregunta.
— Sí.
— ¿Cómo? – esa es mi señal para cortar mi palma. Rápido y sin pensarlo mucho me corto la palma de mano. Y veo como mi sangre chorea por todo mi ante brazo. Me duele mi mano pero reprimo ese dolor. La doy vuelta y veo como la sangre corre mi brazo. – lo juro por mi sangre. Mi sangre es su sangre. – digo.
El rostro de la mujer se crispa, no sé qué signifique, pero entonces veo que abre la boca para hablar.
— Su sangre, será tu sangre. A partir de este momento eres parte del equipo White hasta mueras. – asiento con seriedad porque estoy reprimiendo el dolor. – reúnete con tu equipo. – me dice.
Camino hasta Christopher algo mareada, creo que es por la pérdida sangre. Christopher gentilmente cubre mi herida con su corbata. Se lo difícil que debe ser para él, ser gentil ya que nunca lo he visto ser gentil. Al menos no conmigo. Tampoco creo que esa esa clase de persona.
— Tienes un corto profundo. – me dice. – debías cortarte a penas no destrozarte la mano. – me regaña examinando mi palma. ¿está preocupado por mí?
— Bueno, no creí que fuera tan profundo.
— Deben darte unas puntadas.
— Si, bueno, no es tan profundo como las que me has causada vos. – frunce el ceño.
— Ya vengo, llamare al médico. – asiento veo como Christopher desaparece por la puerta.
Minutos después veo aun hombro alto de cabello castaño de rostro rectangular. Sin decir nada agarra mi mano y me examina. Me miro como pidiéndome permiso para coserme o algo.
— Te va coser. – me dice Christopher. – Thairon, no puede hablar. – me comenta. Y me pregunto porque, y antes de que pueda decir porque Christopher dice. – sus cuerdas vocales fueron desgarrados en unos de los juegos. – no puedo evitar mirar sus horribles cicatrices que van desde el la garganta hasta la mejilla. Lo miro con horror y no sé porque Thairon me sonrió.
Sin darme cuenta ya ha terminado de coserme la herida, apenas me di cuenta de que me ha puesto anestesia.
— Gracias. – agradezco cuando se aleja de mí. aprieta los labios y mueve ligeramente la cabeza. Creo que digo de nada o eso pienso.
Se acerca a Christopher y lo veo hacerle señas, no comprendo esas señas, pero al parecer Christopher sí porque le contesta.
— Si, la cuidare, evitare que la mueva. – dice en noto frió.
Me quedo ahí sentada en el sillón. Veo como Christopher se acerca mí peligrosamente. Y no puedo evitar morderme los labios cuando me mira con esa penetrante y amenazante mirada.
— Sabes por un momento creí que no elegirías a mi equipo.
— ¿Y porque pensaste eso? ¿acoso dudas de mi obsesión por ti?
— No, solo que creí tu obsesión por mí, no era verdadera.
— Pruébame. – digo acercándome a sus labios.
Me mira y se acerco mis labios, pasa su dedo pulgar por mi labio inferior.
— Hay muchas formas de probar tu lealtad a mí. La pregunta ¿es que estarías dispuesta hacer por mí? – lo miro fijamente.
— Lo que me pidas. – digo.
Sonríe con maldad.
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Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅
Novela JuvenilElla una problemática Él un asesino Una atracción peligrosa como obsesiva ¿Te atreves a jugar? Obra registrada en Safe Creative. Código: 2401246754869 QUEDA PROHIBIDA SU DISTRIBUCIÓN TOTAL O PARCIAL POR CUALQUIER MEDIO DIGITAL O IMPRESO SIN PERM...