La fiesta de los White Parte II

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                                                           El ritual de la victoria 

Christopher me miro como nunca antes me ha mirado, es esa expresión de no pensé que lo harías. Comienzo a creer que tal vez he gano su respeto, o al menos parte de él. He ganado su confianza.

Al parecer hemos sido los primeros en matar y encontrar a nuestro peón porque en el lugar de encuentro no hay nadie. Al cabo de pensar eso veo llegar a Olivianne y Sawyer. El hermoso vestido de flores de Anne esta todo manchado de sangre al igual que traje negro de Sawyer.

— ¿y cómo les fue? – pregunta Anne limpiándose el rostro con una pañuelo que le ha dado Sawyer que tiene restos de sangre.

— Bien. –respondo con una sonrisa. Me sonríe de la misma manera.

Minutos después observo que de los muchos invitados que había, solo quedaron los White, los conocidos de los White, o sea Anne y Sawyer, Vi y Hayden y dos parejas más que no se quien son. El resto supongo que está muerto. Entonces me doy cuenta que esta fiesta, es todo un fraude, esta fiesta es solo para matar gente. No pensé que los White fueran tan sádicos y que hicieran este tipo de fiesta. Y que jugaran a esto.

— Parece que los ganadores de este año...– me interrumpe de mis pensamientos el padre de Christopher. – Es mi hijo mayor y su no... – se detiene cuando Christopher le lanza una mirada asesina o eso me pareció. – y su compañera la señorita Zora Cooper. – completa.

Comienzan aplaudirnos en cuanto caminamos esta las escalaras de mármol. Siento que todas las miradas están en nosotros. Llegamos a la sima de las escalaras y veo como Christopher y su padre se dan un corto y seco abrazo.

— ¡Felicidades! – le susurra. Acto seguido me lanza una mirada seria e inexpresiva. – también a ti. – dice con un hilo de voz.

— Gracias. – me limito a decir.

A continuación veo que a Christopher le da un cáliz de oro y plata. Él la agarra gustoso y lo alzo con la mano derecha. Lo muestra al resto y le da un buen trajo al contenido.

— Ahora que has vivido la sangre de tu victoria, ha llegado el turno de que tu compañera y cómplice beba también su victoria. – al oír eso el rosto se me crispa. Ciento que mi cara esta tensa.

<<Me niego a ver sangre. >> Y de pronto oigo una alarma en mi cabeza, esa alarma que mayormente tengo desactivado, porque lo osada que soy, pero esta vez se activó. Escucho que me dice << esto no es normal, huye. Esto es un ritual, Zora>> es muy sádico ritual quien sabe para qué, huye y niégate>>. Me dice aquella alarma en mi cabeza.

— Zora. – me llama Christopher que me distrae de mis pensamientos. El sonido de su voz me hace volver a la realidad y miro para todos lados aún siguen ahí. Todos me miran como esperando que haga eso. Me da en la mano el cáliz.

— No beberé sangre. – digo sin pensar muchas en esa palabras. – no soy un vampiro. – añado nerviosa. Al terminar decir eso todos me miraron como extrañados. Acto seguido escucho como todos se ríen a carcajadas. No sé por qué, yo simplemente los miro como si estudiarán todos locos incluyendo a mis amigas.

Christopher se acerca a mi oído y me susurra.

— No es sangre de verdad, Rora. Es vino tinto – asiento como estúpida al descubrir eso. << Por eso se reían>>. Y entonces pienso que de verdad debo de estar mi loca y obsesionada para hacer esto y no escuchar a esa alarma en mi cabeza. No sé qué es lo peor que hecho en mi vida, si haberme metido en una sociedad de asesinos y estar punto de ser una o verme obsesionando con un asesino psicópata y estar acá en una fiesta macabra con su psicópata familia que ahora quien que haga esta especie de ritual. Pero entonces pienso, he llegado a esta aquí porque quise, ha sido mi elección estar aquí, y sigo aquí por mi obsesión. << Esto no es nada comparado lo que acabar de hacer esta noche y con la voy hacer más adelante >>; Pienso mientras Christopher me mira expectante, esperado a que tomo el cáliz. Lo agarro mi mano izquierda. – la otra Cooper. – me corrige Christopher.

Cambio de mano y acto seguido doy un gran sorbo de vino.

— Ambos ha bebido la sangre de su victoria, y ahora ambos serán machando con ella. – veo que Harper trae otra copa. Y estoy seguro que esa si es sangre de verdad. Miro a Christopher de re ojo, para que me confirme si es eso lo que pienso.

— Eso sí es sangre. – me dice por lo bajo. – pero tranquila, no es para beber. – me aclara.

— Señorita Cooper. – me llama el padre Christopher. – nos hace el honor.

— ¿Disculpe?, ¿pero qué honor? – pregunto incrédula. El padre de Christopher le lanza una mirada a su hijo. Este niega con la cabeza; creo que creyó que él me conto todo, o algo así.

— Debes manchar a mi hijo con esta sangre. – lo miro como si le hubiera salido otra cabeza. – dibujar lo que para ti significa la muerte. – enarca una ceja. Eso es raro y extraño.

Asiento y agarro el pincel que está en el cáliz. Miro como Christopher se remanga su camisa blanca, dejándome ver su tersa y piel blanca. Comienzo dibujar o más bien garabatear algo, trazo líneas en el brazo de Christopher sin sentido alguno, él no deja de mírame. Siento su penetrante mirado sobre mí y tengo que admitir que me pone nerviosa. <<No sé yo lo que estoy haciendo o más bien no sé lo que estoy dibujando. Son cosas sin sentido, varias cosas sin sentido>>. Esto parece una Flecha o más bien una flecha rota. Un infinito y un corazón o tal vez sea una cruz no sé qué mierda sea. Hecho varios dibujos sin sentido que ya no sé lo que son. <<Al menos estoy intento de dibujar la muerte, eso creo>>. No sé cómo dibujar la muerte o más bien como representarla, y no creo que estos garabatos los represente. Termino y por fin Christopher deja de mírame.

— Muestra tu brazo. – ordena su padre. Lo muestra y de pronto veo como el rostro de todos se crispa. Y se miran unos otros con cara de horror, eso parece. No sé qué esta pasado, y porque tienes esas expresiones en sus rostros. A Christopher enseguida se le frunce el ceño. Me mira con seriedad.

— ¿De dónde sacaste ese símbolo? – me pregunta el padre de Christopher con cierto enfado.

— ¡¿Qué?!

— El que has hecho en el brazo de Christopher – eleva la voz. – ¿de dónde lo has sacado? ¿Quién te le enseño? – ahora su voz es dura.

Lo miro confundida, y muevo ligeramente la cabeza, sin entender porque esa reacción.

— Disculpe, pero yo no sé de qué habla....

— ¿Quién te enseño a dibujar eso? – pregunta elevado un más su voz y tomando mis hombros con fuerza. comenzó  sacudirme  para que responda , pero yo no se que responder.  

— ¡Papá!. ­– lo llama  Christopher paraque me soltara y deje sacudirme.  Deja de hacerlo y me mira con indiferencia. 

Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora