47. CAPÍTULO FINAL (PARTE UNO)

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Lo que dejamos atrás sin querer, es la muestra de lo fuerte que somos.

LA DECISIÓN DE DECIR ADIÓS.

Tres semanas después.

Lana.

Cierro mis ojos con fuerza y cruzo mis dedos —Niña, niña, niña... —susurro.

—¡Es niña! —el grito de Fred me asusta pero de inmediato lo acompaño, gritando con él.

¡Voy a tener una sobrina!

La verdad es que ya lo intuía. El comportamiento de mi cuñada es digno de traer a una Miller al mundo, así que estaba segura de que mi hermano iba a tener a una pequeñaja alegrando su vida y llenándola de el amor más puro que existe.

Estamos todos en el jardín de casa. Mis padres han organizado todo al detalle para que este día quede para el recuerdo, ya que la nueva integrante de la familia es el fruto de la unión de dos familias enfrentadas desde hace años, y va a ser la niña más mimada y consentida de todo Chicago.

Hay globos rosas y azules por todas partes, mucha comida que entre todos hemos preparado y todas esas personas que forman parte de nuestra vida.

Mis hermanos, mis padres, Oli, Tom, Troy, los abuelos, mis amigas, las amigas de mi hermana, los amigos de Fred y Camila, Bárbara, Gaby y Víctor...

Todos.

Bueno, todos menos él, que supongo que la dará vergüenza dar la cara después de todo el daño que ha hecho.

Nadie aquí ha dicho una palabra sobre el tema, todo el mundo parece haberse puesto de acuerdo para no mencionarlo. Incluidos mis padres, que han sido un gran apoyo estas semanas pero sin pronunciarse al respecto ni dar su opinión.

Admito que es una liberación que hayan tomado esa determinación, pero me agobia por otro lado porque no hablar ni saber absolutamente nada de él, me quita el sueño.

Sé que debería tomar otro camino, porque es un capullo y no merece ni un solo pensamiento por mi parte, pero he querido y quiero mucho a ese chico, y no está siendo fácil dejarlo atrás cuando estoy tan enamorada de él.

La primera semana había sido un horror, y más después de enterarme que se va a Nueva York a acabar la carrera. Pero pensándolo bien, creo que es lo mejor, y de todas formas no lo veo, así que seguramente estaré en la misma situación que ahora.

Parpadeo cuando veo una Copa frente a mis ojos y levanto la mirada, encontrándome con Camila y su preciosa sonrisa.

Sonrío y acepto gustosa —Gracias —miro el contenido de la Copa y hago una mueca —Por cierto, enhorabuena.

—No sé si darte la enhorabuena yo a tí, eras una de las pocas que quería que fuera niña.

Río —Me daba igual, pero es que tú imaginate una bebé Miller —muerdo mi labio —Yo he experimentado con Joe y todo genial, pero le pedí a mi madre una hermana más y desde entonces tengo el gusanillo.

Mi cuñada se atraganta con el zumo y suelta una carcajada —¡Pero Lana! ¿Que hubiera sido de tu madre con uno más?

Me encojo de hombros —Nunca lo sabremos, pero seguro que tampoco hubiera sido tan diferente.

Camila niega —Ella misma no puede creer que haya tenido cuatro —se acerca a mi oído —Solo pensaba quedarse con Freddy, me lo ha confesado.

Abro mi boca haciéndome la ofendida —¡Que mala! Y yo pensando que era la favorita.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora