14. ¿NO ME VAS A DAR UN BESO?

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–Tengo miedo –Lana apoya su cabeza en mi hombro y sonrío.

Estamos en el Salón de los Miller con una taza de café en nuestras manos y decidiendo que hacer con la Carta.

De primeras queríamos abrirla directamente y descubrir que Diablos tiene que ver el abuelo Miller con mi abuela, pero Thomas había dicho que debíamos esperar y pensar si avisar a nuestros hermanos para contárselo, ya que esto es lo más raro que nos ha pasado en años y quizás sea la solución a todas nuestras preguntas.

Es como si el sobre hubiese aparecido ahí de la nada, como si el destino hubiera querido que Caperucita lo encontrara justo hoy, en ese momento, con nosotros ahí...

Paso una mano por mi pelo y bufo –¿Que hacemos entonces? Es tarde y mañana me voy al barco desde temprano.

Mi hermano se muerde el labio y mira a su novia, que mueve su pierna, nerviosa –Vamos a dormir y mañana hablamos con Cami.

–¿Que dices? –Lana se levanta –¿Y como duermo yo ahora sin saber lo que pone ahí dentro?

–Lana...

–Julie, tenemos que abrirla.

–¡No!

Suspiro pesadamente y pongo un brazo alrededor de sus hombros para calmarla.

–Vecina, mi hermano tiene razón, tenemos que tener paciencia y esperar a abrirla cuando estemos todos.

–Pero...

–Imagina que la Carta la hubiera encontrado Joe y la hubiera leído antes que todos nosotros ¿te molestaría?

Lana me mira, con esa cara de bebé que me derrite, y acaba cruzándose de brazos dándose por vencida.

–Esta bien, esperemos a que estén todos, pero de mañana no pasa.

–No te preocupes –Tom sonríe –Bueno, creo que es hora de ir a la cama –da una palmada –Lucas ¿te acompaño casa?

Miro a mi hermano haciendo una mueca y después miro a Lana, que muerde su labio mientras me observa.

Sé que debería irme porque mañana tengo planes con los chicos y tengo que descansar, pero me muero por saber que  tenía Lana para decirme y necesito quedarme un rato más con ella.

–Puedo irme solo... –trago saliva –Más tarde.

Mi vecina sonríe y mi hermano pasa una mano por su pelo y con la otra agarra a su novia.

–Está bien, dile a mamá si la pillas despierta que no voy a dormir en casa.

Asiento y veo como Thomas se marcha escaleras arriba dejándome con la chica que ronda mi cabeza últimamente.

Lana se gira para mirarme y yo no puedo evitar meter un mechón de pelo detrás de su oreja.

–Tengo que tener unos pelos de loca...–dice.

–Bueno, tienes pelos de lo que eres –bromeo.

Hace una mueca graciosa y río.

Haberle confesado esto que siento por la hija de los Miller a mi hermano, me había liberado, porque no había podido aguantar callarme mucho tiempo más y necesitaba soltar toda la mierda.

No me quedé bien la otra noche cuando ví a mi vecina besándose con Troy. Quería que él se alejara de ella y que no volviera a tocarla, pero... ¿Quien era yo al fin y al cabo?

Ahí me di cuenta de lo que me pasaba y de que realmente no me gusta Valentina, porque ahora mi estómago se mueve en todas direcciones solo cuando veo a Lana.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora