Lucas
¿Que si sentí miedo?
Si.
Independientemente de que la relación con mi padre sea un desastre, que Thomas me llamara hecho un loco avisando de que a mi padre se lo habían llevado al hospital, me había asustado mucho, y aunque al final solo había sido una bajada de tensión, ya me había puesto en lo peor.
Gracias a Dios ya está en casa, y aunque las cosas con mi hermana mayor no vayan del todo bien, esta no se ha despegado de él en todo el fin de semana.
Estoy en la última clase. Queda escasamente una hora para que comiencen las vacaciones de verano, y aunque estoy contento con los resultados de mis notas, no he querido desaprovechar ni una clase para que así mis padres no tengan nada que echarme en cara.
Quiero pasar un verano tranquilo, del barco a casa y de la cama de mi novia a la mía, por eso quiero hacer las cosas bien y que nadie me joda los Planes.
–Va a ser la mejor fiesta de comienzo de verano, con castillos hinchables y mucho alcohol.
–Y tías –apunta Víctor.
–Eso lo daba por hecho, por eso no lo he dicho –Gaby frunce el ceño.
–Lo que no tenemos es casa.
–Lucas podría poner la suya.
Los miro mientras apunto lo que el señor Wall escribe en la pizarra y sonrío.
–Ni de coña, mi casa está para todo siempre y ahora os toca a vosotros poner de vuestra parte –susurro.
–Pero la tuya es enorme, Lucas.
–Y la vuestra, Gaby –digo sin despegar los ojos de la pizarra.
–Eres un aburrido –bufa.
Río y continúo a lo mío.
Cuando la clase acaba, me dirijo a la cafetería seguido de mis amigos y me siento en la mesa grande junto a la ventana. Es nuestra mesa de siempre, y los chicos adoran ponerse aquí porque está rodeado por las mesas donde comen las chicas de atletismo y club de teatro, que por cierto no despegan sus ojos de mí.
–¿Cuando ves a tu novia otra vez?
–Acaba en Julio, así que dentro de un mes.
–¿Tanto tiempo? –pregunta Víctor horrorizado.
–Iré a verla la semana que viene –Le doy un buche a mi zumo y suspiro.
–¿No te entran ganas de follar?
–Si, pero para eso tenemos Skype.
Los chicos me sonríen pícaramente y yo dirijo la mirada hacia la puerta, que se abre y aparece Karina tras ella.
Suspiro pesadamente cuando veo que se acerca y miro a Víctor, que tiene una mueca de desagrado en su rostro.
–El team al completo –dice la rubia sentándose junto a nosotros.
Las chicas de alrededor han empezado a mirarla mal pero a ella parece no importarle mucho porque coge un trozo de mi sándwich y le da un bocado tranquilamente.
–No sé si es porque tengo el móvil estropeado o yo que sé pero no he recibido ni una llamada vuestra desde hace semanas.
–Quizás no te has dado cuenta, pero lo hacemos a posta –le responde Gaby.
–¿Cual es el motivo?
–Que no superes el pene de Lucas.
Víctor y yo soltamos una carcajada y miramos a la rubia, que tiene una sonrisa de suficiencia en la cara.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...