Lana.
Tengo un hobby bastante peculiar.
La gente debe pensar a estas alturas que soy una acosadora o que mi nivel de obsesión debería ser tratado, pero ¿quien se resiste a observar y admirar a tal ser tan bien hecho, proporcionado y perfecto, sin caer en la locura?
Amo, adoro, mirar a Lucas cuando está distraído, es mi pasatiempo favorito y por una de las cosas por las que parezco una loca obsesionada.
Pero es que mi marido...
Veo cómo su brazo se tensa mientras maneja el volante y suspiro, mordiendo mi labio y llamando su atención. Debería relajarme, pero entre los niños y el trabajo, no disfrutamos del sexo cómo en nuestros viejos tiempos, así que eso intensifica mis ganas de hacerlo a todas horas.
Lucas se ríe y miro al frente, oyendo a mi hijo balbucearles algo a sus hermanas.
—Me siento observado —dice el Vaquero, divertido.
—¿Eh? —bajo mis gafas de sol y lo miro —No sé de que hablas.
Aparta un segundo los ojos de la carretera para mirarme de nuevo y muerde su labio.
Dios mío, dame fuerzas.
—Me estabas comiendo con la mirada, Morena sexy.
Frunzo el ceño haciéndome la desentendida, observando su camiseta de manga corta, su gorra hacia atrás y su sonrisa arrogante —¿Que dices? Solo observaba el paisaje por tu ventanilla.
Lucas mira a su izquierda y frunce el ceño —Nena, llevamos un rato rodeado de muros, no intentes disimular que te estabas deleitando con mi figura.
Sonríe y no puedo evitar sonreír con él, estirando mi brazo y acariciando su nuca —Es que estás muy guapo. No puedo resistirme a tus encantos.
—Me encanta que me mires y de esa forma, así que adelante, cariño, no dejes de hacerlo.
—No pensaba dejar de hacerlo —niego, acercándome para dejar un beso en su mejilla —Deberías estar expuesto en algún museo.
Lucas gira su rostro para besarme y sonríe contra mis labios —Después te quejas de que me lo tengo muy creído pero eres experta en subirme el ego.
Hago una mueca y me aparto —Lo tuyo es de fábrica.
Mi marido suspira y mira por el espejo retrovisor a nuestros hijos —De fábrica viene lo que me provocas cada vez que te tengo cerca —murmura.
Muerdo mi labio, con una sonrisa burlona —¿El qué?
—Te lo explicaría... —dice —Pero hay tres menores ahí detrás y uno de ellos ya repite todo lo que oye.
Me giro para ver cómo Jaden nos está mirando y sonrío, estirando mi brazo hacia atrás esta vez y acariciando su pelo —Lo bien que se ha portado mi Vaquero en el avión...
—Es todo un campeón —apunta Lucas.
—¿Tienes ganas de llegar a casa de tío Joe, mi amor? —pregunto.
—¡Si!
Mi hijo me echa los bracitos, pero intento convencerlo de que no queda mucho camino y no puede dejar solas a sus hermanas ahí detrás, y se calma.
Aunque casi arranca con su particular orquesta Sinfónica.
Estamos en España, hemos venido a visitar a mi hermano y a una de mis mejores amigas porque es el cumpleaños de esta, y aunque no era lo que teníamos pensado hacer en nuestras vacaciones, tenía ganas de ver a mi pequeño (no tan pequeño) porque que esté tan lejos me pone demasiado triste.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...