Gruño cuando alguien abre las cortinas de mi habitación y abro un ojo. La cabeza se me va a partir en dos y tengo la boca demasiado seca.
Esto es lo malo de beber, y aunque anoche a pesar de todo me lo pasé genial, las consecuencias del alcohol al día siguiente nunca me han gustado.
Mi hermana me aparta las mantas de encima y me remuevo.
–¡Juls! –gruño.
–Vamos, Lana, los abuelos están abajo.
Apoyo ambas manos en la cama y me incorporo.
¿Cuanto tiempo he dormido?
Cuando miro el reloj de mi mesita de noche, veo que son la una de la tarde y pego un salto de mi cama dándome cuenta que las alarmas que me puse no han servido de nada.
–¿Hace mucho que han llegado? –pregunto eligiendo la ropa mientras Julie arregla mi cama.
–Están aquí desde las diez, y la abuela ya ha preguntado por tí tres veces.
–Mamá estará que Trina –pongo una mano en mi frente.
–No te preocupes –sonríe –Por cierto ¿que pasó con Lucas al final?
Miro a mi hermana frunciendo el ceño y después miro a mi alrededor.
Ahora que me acuerdo, había dejado a Lucas durmiendo en mi habitación y yo me había ido a dormir a la habitación de invitados.
¿Por qué me he despertado aquí?
Paso una mano por mi pelo intentado recordar algo pero es inútil, porque solo recuerdo haberle enviado un mensaje a Troy explicándole la situación y después caer rendida.
–¿Que pasa? –pregunta Julie sacándome de mis pensamientos.
Niego con la cabeza –Nada, se fue esta mañana temprano, supongo.
–¿Durmió contigo aquí? ¿Pasó algo?
Miro a mi hermana horrorizada mientras paso el cepillo por mi pelo liso.
–No paso nada, Juls, te dije que no volvería a pasar. Durmió y ya está.
–¿Pero donde se quedó? –pregunta con insistencia.
–Yo lo dejé en mi cama y me fui a dormir a la habitación de invitados.
–¿Y que hacías aquí entonces?
Abro la boca pero la cierro de nuevo porque no tengo ni idea de cómo llegué a mi habitación.
–Yo...
Alguien abre la puerta y llevo un mano a mi pecho, asustada.
–¡Mamá! ¡Me vas a matar de un susto! –grito.
Hace una mueca y nos mira –¿Se puede saber porque tardáis tanto?
–Ya vamos, estábamos haciendo la cama.
–Venga –gruñe –Y tu y yo ya hablaremos después, Lana.
Abro los ojos porque no sé que tiene que hablar conmigo y trago saliva –¿De que? –pregunto.
–De tus salidas y tus borracheras.
Suspiro tranquila y ruedo los ojos –Soy mayorcita, mamá.
Mi madre cierra la puerta sin decir nada más y miro a mi hermana, que se acerca para besar mi mejilla y después se marcha.
💋💋💋
Estoy en el jardín de casa sentada en la mesa con Joe y Luján a ambos lados, que charlan y se ríen con las historias que cuenta mi abuelo Charles.
ESTÁS LEYENDO
BESOS EN GUERRA (Terminada)
Подростковая литератураNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...