Lucas.
Abro un ojo cuando siento el sol dando de pleno contra mi cara y me remuevo, escondiendo mi cabeza debajo de las sábanas. Mi hermano ha entrado a mi habitación y está gritando algo pero no le entiendo. Me duele demasiado la cabeza como para prestarle atención y solo he visto que ha abierto las cortinas y ha cogido las dos botellas de vodka de encima de mi escritorio.
La fiesta de anoche fue brutal. Sé que no tenía que haber bebido tanto pero era el cumpleaños de mi mejor amigo y me quise desfasar un poquito... Bueno, aunque quizás lo hice bastante.
Había mucho alcohol, buena música, buena gente y chicas, muchas chicas, aunque yo solo acabé con una en mi cama.
–Karina, levántate y vete, por favor –mi hermano le tira el sujetador y esta tira de las sábanas a regañadientes.
–¿Que cojones haces, Thomas? –gruño.
–Date una ducha y recoge todo este desastre antes de que lleguen papá y mamá.
Me incorporo y Frunzo el ceño –¿Y Silvia?
–Silvia no va a recoger tu mierda, he dejado claro que a partir de ahora cada vez que se haga una fiesta, es el responsable de hacerla quien recoge, no el servicio.
Bufo y me levanto –¿A que viene ese mal humor?
Mi hermano se cruza de brazos y me mira –¿Con Karina? ¿Enserio, Lucas?
–¡Shh! Habla más bajo, te va a oír.
–¿Que pasa con Lana?
Aparto la mirada y comienzo a buscar mi camiseta, ignorando la pregunta de mi hermano.
No quiero hablar de Lana, ni que me la mencionen, ni verla, ni saber que está haciendo en Hawaii, ni llamarla a todas horas, ni mandarle mensajes, ni responderle a las historias diciéndole lo guapa que está...
Lana tiene que desaparecer de mi vida y de mi cabeza.
–Voy a ver que le queda a Karina.
Voy hacia el baño pero mi hermano me frena.
–Te he hecho una pregunta.
Suspiro pesadamente dejando caer mis hombros y lo miro –Lana es pasado.
Thomas alza sus cejas –¿Estás seguro?
Asiento no muy convencido pero a mi hermano parece convencerle, porque me suelta y sale de la habitación antes que yo.
Cierro los ojos porque mi vida ahora es un caos y trago saliva.
Me duele estar así con ella, no es algo que haya elegido y sufro viendo como se ha resentido nuestra relación de amistad a raíz de que nos liáramos. Sabía de más que corría el riesgo, pero jamás imaginé que iba a pasarlo tan mal.
Es como si necesitara a Caperucita en mi vida y eso es algo que nunca me ha pasado. He sido y soy lo suficientemente independiente como para que mi felicidad dependa de alguien, pero Lana es tan diferente a las demás que ahora se me hace cuesta arriba no tenerla en mi vida, y siento que necesito recuperarla.
Muerdo mi labio, nervioso y me acercó hasta la mesita de noche para coger mi móvil.
Ayer decidí no meterme en sus historias ni en la de sus amigas para no ver lo que subían, pero ya no aguanto más.
Lo primero que veo cuando me meto es a las chicas en la piscina. Charlotte está encima de Beca y Sophie haciéndole los cuernos desde atrás. Sonrío pensando en la amistad tan bonita que tienen y en parte entiendo que mi vecina lo pasara tan mal el otro día.
ESTÁS LEYENDO
BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...