—¿Entonces todo en orden? —Blake insiste señalando los papeles que sostiene uno de los señores y yo trago grueso.
—La idea es sorprendentemente buena —apunta este —¿Está seguro que es suya?
El señor con traje azul que parece el cabecilla del Grupo, me mira y por un momento me intenta intimidar, pero he lidiado con gente peor que esta.
—Aquí están los bocetos y planos anteriores al resultado final —le acerco la carpeta y miro un segundo a Sean, que parece estar más nervioso que yo —Puede averiguarlo usted mismo. Desde la primera a la última letra escrita por mí.
El hombre con barba y pelo canoso estudia lo que le acabo de pasar con atención, y yo mantengo la calma porque estoy seguro de que va a acabar cediendo. Me han hecho venir un día antes y en las caras se les ve claramente que les interesa, lo único que están haciendo ahora es hacerse los interesantes para no caer rendidos a los pies de un tío de veintiséis años.
—¿Cuanto has tardado en hacer esto? —me pregunta.
—Una semana. En perfeccionarlo, dos días.
Alza sus cejas con asombro y ni siquiera se lo piensa, deja el papel sobre la mesa y agarra su pluma para firmar.
Es oficial, una de las empresas de Aviación más importantes del mundo, acaban de comprar un proyecto diseñado por mí y no puedo sentirme más orgulloso de ello.
Sean se levanta de su asiento apretando sus puños y Blake me mira con orgullo y agradecimiento, mientras yo no puedo quitar la cara de felicidad que tengo en este instante.
Mí vida en Nueva york me ha agobiado desde el jodido minuto uno, pero es satisfactorio ver los resultados de ese agobio.
Llevo años construyéndome a mí mismo para ser todo lo mejor que puedo en mí trabajo, y eso al fin y al cabo, siempre trae cosas buenas. Como esto, por ejemplo, que va a ser el verdadero principio de mí carrera y lo que me va a llevar a lo más alto.
Sean se acerca a mí oído, detrás de mí —He filtrado la noticia a la prensa, de aquí a nada vas a ser uno de los empresarios más reconocidos de la ciudad.
—Voy a matarte —digo entre dientes.
—Ya me lo agradecerás —susurra.
Hago caso omiso a mí amigo y veo a Blake ultimar detalles con los señores, que se giran hacia mí de un momento a otro con una sonrisa sincera.
—Chico, le decía a Blake que es una suerte que te tenga en su equipo.
Sonrío algo nervioso y niego —Para mi es una suerte trabajar con él.
—¿Ves lo que te digo? —pregunta Blake —La base de su trabajo es la humildad y eso es lo que lo hace grande —mi jefe palmea mi espalda —Va a llegar lejos.
—De eso no hay duda —asiente —Llevo recorriéndome el país, semanas para conseguir un buen proyecto y al final ha sido un chico joven y emprendedor el que me ha aportado la mejor opción.
Necesitaba que me regalaran los oídos de esta forma. Es la mayor motivación que tengo y quiero celebrar cuanto antes que he dado un paso más en mi carrera.
—Encantado de hacer negocios contigo, Blake —le da su mano —Te llamaremos en días para ultimar.
—Un placer, Alvin, estaré esperando con ansia. Nos pondremos manos a la obra cuanto antes.
Asiente —Bien —se gira hacia mí y asiente, y yo le respondo de igual forma, cruzando mis manos a la espalda.
Los señores comienzan a marcharse y yo puedo respirar tranquilo porque lo peor ya ha pasado, y ha pasado con nota. Me giro para mirar a Sean y este no se las piensa, corre hacia mí y me da un abrazo que casi me tira hacia atrás. Merece la pena tener amigos que se alegran por tí de esta manera.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...