34. COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS (PARTE 1. FAMILIA)

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¡PRIMERO QUE NADA!

Pido perdón porque anoche se me borró el capítulo del especial de San Valentín y tuve que empezar a escribirlo de nuevo, así que se me hizo imposible subirlo.

Ya lo explique en un post en Instagram, pero para quien no me sigue, lo dejo claro por aquí también.

Os pido mil disculpas y os regalo este capítulo dividido en dos partes, ya que prometí que sería largo. Así no se os hace pesado.

Tranquilos porque la segunda parte solo falta editarla y estará subida en un rato.

Disfrutad✨

—¡Que no, que me rindo! —bufo frustrado y suelto el lápiz de mala gana.

Sean suspira pesadamente y se lleva las manos a la cabeza. Sé que soy un pesado, pero no llevo bien no sacar las medidas exactas de las piezas de los proyectos, y eso me quita un tiempo que hoy precisamente no tengo.

Mi novia y yo nos vamos a Chicago en pocas horas, pero antes nos tenemos que dejar todo listo porque se lo hemos prometido a Blake, y con eso quiero decir, que los últimos planos para el final del proyecto tienen que estar acabados para antes de las dos, que es cuando viene el taxi a por nosotros para irnos al aeropuerto.

En un principio solo pensábamos irnos dos días, pero Lana quiere aprovechar el tiempo con su familia y hemos optado por pillarnos cinco, de miércoles a domingo. Más la semana que me deben por la extras que hemos estado haciendo.

Queremos celebrar San Valentín allí. Y ella no lo sabe, pero es el primero (espero que de muchos) y le he pedido la casa a Richard para darle la sorpresa de su vida a su hija.

Una sorpresa que llevo semanas ideando junto a Víctor y espero que salga bien.

Por cierto, hablando de Víctor, no tuvo mucha suerte con Beca, pero eso no lo ha echado para atrás y va a viajar con nosotros porque dice que le ha comprado un regalo a Trace, que ya le pidió ser su novia con toda la cara del mundo y están en una relación estable.

Las ocurrencias de mi monstruita, a la que estoy deseando ver y darle la sorpresa de traerla una semana con nosotros a Nueva York. Ya he hablado con sus padres, y al principio no estaban muy de acuerdo, pero tiene el mismo derecho a disfrutar que ellos, y Lana y yo queremos que se venga con nosotros porque la echamos demasiado de menos.

Mi novia entra al despacho con un par de carpetas y suspiro. Creo también que, que esté trabajando aquí y con ese tipo de conjuntos, no ayuda a concentrarme y por eso no me sale nada de lo que quiero.

—¿Sean, has terminado tu parte? —dice la Morena.

Mi amigo levanta la vista del ordenador y asiente —Si, toma, está todo listo.

Sonríe —Gracias —me mira —¿Cómo llevas la tuya, Lucas?

Es tan estrictamente profesional, que no se le nota que después del trabajo le doy las folladas de su vida, y me pregunto cómo lo hará para disimular tan bien...

—No soy capaz de sacarlo.

Alza una ceja —Nos vamos en media hora.

—Ya lo sé pero hoy no estoy muy centrado que digamos.

—Ni hoy, ni ayer, ni el otro... —Sean se ríe y se echa para atrás en el asiento —Vuelve al mundo real.

—¿Cuál es el problema? —pregunta mi novia.

La miro de arriba a abajo y lamo mis labios. Pienso cosas indecentes con ella todo el rato, y no quiero ser un jodido obseso del sexo, pero he estado reprimido tanto tiempo, que ahora sólo pienso en una sola cosa.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora