14. OBJETIVO: LUCAS

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Es el tercer cigarro que me fumo esperando a que William salga a explicarme que Diablos ha querido decirme en la puerta del baño.

Es la primera vez en mucho tiempo que he podido controlarme, y he sido capaz de no volverme loco cuando me ha frenado y me ha dicho eso de que tiene una verdad para mí. Una verdad que no sé si creer teniendo en cuenta de parte de quien viene.

Tiro el cigarrillo y echo mi pelo hacia atrás, viendo a gente salir y entrar mientras intento calmarme también.

Aly se ha quedado en la mesa con los demás. Al final le he fallado, pero no me ha pedido explicaciones, y simplemente se ha quedado lidiando con los peces gordos de Chicago. Menos con uno, que está bajando ahora mismo las escaleras del hotel y saluda a un par de personas antes de llegar a mí.

Me mira de arriba a abajo y suspira, con esa mirada altiva que me produce tanto asco.

—No tengo toda la noche —digo —Dime la verdad, quiero volver con mi novia.

Se mantiene en silencio unos segundos —No puedes exigir una verdad cuando estas mintiendo.

Frunzo el ceño —¿De que hablas?

Se ríe —De que esa no es tu novia, Joven Lucas. Esa señorita es amiga tuya y simplemente le estas haciendo el favor de no dejarla a solas con nosotros.

Levanto mi cabeza, soltando todo el aire contenido y apretando los puños a ambos lados de mi cuerpo. Creo que después de mi padre, es a este hombre a quien más asco le tengo, y la fuerza de voluntad que estoy teniendo, debería ser premiada.

—No he venido aquí a hablar de mi vida privada contigo, Gordon. Di lo que tengas que decir.

—Solo estaba siendo justo —frunce su ceño fingiendo confusión —Al fin y al cabo, yo si voy a contarte la verdad, y se de más que tu corazón aún sigue latiendo por la hija de los Miller.

Quiero matarlo.

—Te he dicho, que no la menciones —susurro calmado.

—Está bien —rueda sus ojos y lleva una mano a su pantalón para alcanzar otro puro —Mi verdad debería tener un precio, pero creo que ya te jodieron la vida bastante, y yo al fin y al cabo, solo quiero lavar mis manos en este tema.

—¿Que tema?

Mi sobrina me diría que doy miedo, porque estoy usando la misma seriedad que cuando no come ni deja comer a los demás, y mi hermana me ha reñido muchas veces porque dice que doy auténtico terror.

—El tema, Lucas —da una calada —El tema de tu repentina separación.

Eso toca mis casillas y lo agarro del cuello de la camisa —Me estás tocando las pelotas —susurro entre dientes —Desembucha esa verdad de la que hablas y desaparece de mi vista.

Sonríe, poniéndome aún más de los nervios —Bien, bien, bien, te contaré todo —se aparta y lo suelto, viendo como se regodea a mi alrededor como si me diera miedo tenerlo cerca.

—Te contaré que yo sabía de cada movimiento de tu padre, y que jamás hubiera denunciado a esa chica —dejo de respirar y Gordon se ríe —¿Sabes de la que me libró Lana Miller?

—¿Que estás intentando decir? —pregunto con la voz ahogada.

—Que no moviste un solo dedo para luchar por la que era tu novia. Te conformaste con la idea de que no podías hacer nada, y lo que no sabes, es que gracias a Lana, no firmé ese contrato y no me hundí en la mierda de tu padre.

—Pero él me dijo...

Hace aspavientos con las manos —¡Él puede decir misa! Pero yo jamás acepté involucrarme en sus sucias intenciones contra Lana a pesar de que podría haberlo hecho. Esa sinvergüenza tiró de los pelos a mi hija.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora