Lucas.
Oigo como alguien trastea a mi alrededor y abro los ojos con pesadez.
No estoy en mi cama y tampoco llevo mi ropa puesta. Anoche después de que Lana diera su pequeño concierto en familia, se excusó diciendo que tenía sueño y subió para no dejarme solo mucho tiempo más.
Mi novia había cerrado la puerta de su habitación y simplemente nos habíamos dejado llevar para olvidar toda la mierda que teníamos encima.
Mi hermano dice que no todo se soluciona con sexo, pero a mi me relaja y más si es con Lana.
Había estado toda la noche anterior tirado en la playa después de hablar con el maldito detective y convencerlo de que se perdiera para siempre. Tuve que pagarle una buena cantidad de dinero pero por lo menos llamó a mi padre con la excusa de que le había salido un trabajo mejor y se tenía que marchar, dejándome respirar tranquilo.
Al menos por ahora.
Me estiro extendiendo mis brazos en la cama y gruño cuando siento unos dedos rozar mi espalda.
He vuelto a cerrar los ojos, y no sé que hora es, pero siento que no he dormido lo suficiente.
–Buenos días, dormilón –Lana se acerca a morder mi oreja y sonrío.
–No hagas eso si no quieres que te folle ahora también –digo con la cara pegada a la almohada.
Mi novia palmea mi trasero y me giro con una sonrisa, encontrándome a Lana, desnuda y con su pelo mojado.
Muerdo mi labio y recorro su cuerpo con la mirada –Está bien, si insistes.
Me incorporo y Caperucita frunce el ceño. Cuando ve que tiro de ella y la dejo caer sobre la cama, sonríe y se levanta empujando sutilmente mis hombros.
–No son horas, Vaquero –agarra un vestido de su silla de escritorio y se lo coloca, mientras me siento en la cama, frustrado, e intentado controlar mi erección.
–Siempre es un buen momento, y anoche me dijiste que tus padres hoy se iban a trabajar temprano.
Asiente y recoge su pelo en una coleta alta –Lo sé, pero son las doce y media y he quedado con Troy para comer.
No puede ser.
¿Es que Troy siempre lo tiene que arruinar todo?
Desde luego que después de esto me he venido a abajo. Literalmente.
Me levanto de la cama buscando mi ropa y Lana nota que me ha molestado, pero prefiere no preguntarme porque sabe que va a ser tema de discusión.
No es que me moleste que salgan, es que Troy trata a mi novia como si fuera la suya y eso me saca de mis casillas.
Cuando ya estoy vestido, me miro al espejo e intento arreglar mi pelo como puedo. Ya me lavaré la cara cuando llegue a casa. Ahora solo quiero salir de aquí.
Agarro mi móvil y mis llaves y dejo un casto beso en los labios de mi novia, que cuando me giro para salir, me frena y agarra mis mejillas con una sonrisa.
–Ha conocido a alguien y quiere contarme todo, sabes que no tienes de que preocuparte.
–No te he dicho nada –me encojo de hombros.
–No hace falta.
Mi novia acerca su cara a la mía y mira mis labios. Yo aprovecho para mirar los suyos, y me pregunto cuando me acostumbraré a semejante mujer.
–Recógeme después para ir a la cena de Fred y Camila. Podíamos hacer una parada antes e irnos a la parte de atrás de tu coche.
Sonrío y llevo una mano a su trasero para apretarlo con fuerza –No sabes lo que agradezco que me regalaran un coche grande.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...