2. EN TODOS LADOS

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Doy por finalizada la reunión y abrocho las mangas de mi camisa, viendo salir a mis ayudantes y compañeros que van apuntando en sus libretas todo lo que he explicado sobre el desarrollo del nuevo proyecto. Es algo que aún no tengo claro, por eso ando medio frustrado y mi semana ha sido una jodida mierda.

Sean me ha asegurado que todo va a salir a la perfección, y que no debería comerme tanto el coco, pero es que sólo de pensar que algo puede salir mínimamente mal, me estresa, y el estrés no es bueno para la inspiración.

Cuando lo recojo todo y veo que es la hora de irse a casa, suspiro llamando la atención de mi amigo, que me mira, dejando su móvil a un lado.

—Me voy —digo poniéndome la chaqueta.

—Sales esta noche ¿no? —su sonrisa pícara me hace rodar los ojos. Y ahora pienso que no fue tan buena idea presentarle a Víctor porque habla más con él que conmigo.

—Si, se lo he prometido al ricitos, pero no tengo ganas —hago una mueca.

—¡Que raro eso! —ironiza, levantándose y recogiendo sus cosas —Espero que sepas aprovechar la salida, me va a venir bien verte de buen humor.

—¿Das por hecho que eso me va a poner de buen humor? —alzo una ceja —Mi semana ha sido complicada, Sean. Una fiesta no va a cambiar nada.

Me doy la vuelta dispuesto a salir, con mi maletín en mano, pero oigo a mi amigo suspirar y suspiro con él, poniendo una mano en el pomo de la puerta y esperando a que diga lo que tiene para decirme.

—¿Quien tiene la culpa de tu semana complicada? —habla y lo escucho atentamente —¿El trabajo, Caperucita, la Morena o tu vaquera?

Tenso la mandíbula porque eso me ha tocado las pelotas y me giro hacia él dispuesto a pegarle un puñetazo y que se calle la maldita boca. No es el lugar ni el momento, pero tampoco un tema que tenga derecho a sacar.

Se levanta metiendo las manos en sus bolsillos y le agarro de la chaqueta —Cállate y no la metas. Ella no tiene nada que ver en esto.

Sean se ríe y lo suelto, apretando los labios —¿A quien quieres engañar? —niega —¿Cuando vas a darte cuenta de que todavía hay algo? Ni siquiera la mencionas. Si tan superada está, te debería dar igual que hable de ella.

Lo miro y ruedo mis ojos. No quiero que la mencionen, es algo que pedí que respetaran porque fue duro todo aquello. Y si, mi amigo puede tener razón, si Lana está superada debería importarme poco hablar de ella, pero aún hay cosas que duelen, y es demasiado pronto para asimilar el hecho de que la voy a volver a ver.

Llevo años sin saber de ella, sin ver sus redes, una simple foto, pidiendo a los demás que me bloqueen historias y publicaciones en las que saliera ella para así no verla... Lo único que sé es que se fue a Orlando, no quise saber más, y de eso me enteré de casualidad.

Me ha venido bien porque me ha ayudado bastante a olvidarme de cuánto la quería.

Suspiro y agacho la cabeza —Pensar en ella es como volver a revivir que la Jodí, que le rompí el corazón y la destrocé. Me siento mal conmigo mismo.

Sean pone una mano en mi hombro y aprieta sus labios —Lo siento mucho. Tenía que haber cerrado la boca, pero es que creo que llevas así de estresado desde que te llamó tu hermana. Intenta no pensar en lo que se viene y sal, disfruta, ábrete a nuevos mundos, oportunidades y a nuevas... —sonríe —Tías.

Sonrío, rodando mis ojos —No empieces.

—Me he enterado que Aly va —arruga su nariz y ahora mismo querría matar a Víctor por contar lo que no debe —¿Piensas repetir con ella las hazañas del último año de Universidad?

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora