Los rayos de sol dan contra mi cara cuando la alarma suena y abro mis ojos con pesadez. Estoy demasiado cansado porque mi noche ha sido agitada, pero sonrío recordando lo que ha pasado y eso me da la energía para empezar mi día como se merece.
Aún no me creo todo lo ocurrido. No me creo que después de haber irrumpido con esas pintas en mi cuarto, acabara desnuda y encima de mí. No me creo que después de tanto tiempo hayamos vuelto a amarnos de la manera más íntima y Real para nosotros, y estoy realmente confundido porque a pesar de que amé el momento, no parece ser cierto, y creo que debo acostumbrarme para poder sentir que ha vuelto a mí.
Algo le pasaba, porque nuestra discusión no la podía tener así, pero fuese lo que fuese, no le quitó las ganas de absolutamente nada.
Estiro un brazo y noto que ya no está a mi lado, pero todo me huele a ella porque nos volvimos a dejar llevar en la cama hasta casi las tres de la madrugada, que ya me obligó a dormir porque yo hoy tenía que ir a trabajar y ella no podía ser una distracción. Le dije que no me importaba quedarme despierto toda la maldita noche, pero me amenazó con irse y ahí tuve que desistir.
Me levanto a duras penas y entro al baño a asearme un poco, dándome esta vez una ducha de agua caliente y afeitándome después. Lana este último tiempo no se ha quejado de mi barba, pero quiero ver como reacciona. Además esto es como dejar atrás el pasado y comenzar de 0 a su lado.
Después de todo rodeo mi cintura con una toalla y voy hacia las escaleras para bajar al Salón a por un café. Tengo que trabajar, pero aun tengo algo de tiempo y quiero saber dónde se mete Lana.
Bajo distraído y cuando levanto la cabeza al llegar al Salón, veo a mi Morena de espaldas, con mi camiseta puesta y unos calcetines que cubren casi toda su pantorrilla.
Muerdo mi labio y sonrío como un bobo. Está preparando la mesa, y me da un vuelco el corazón porque esto parece un sueño.
Se la ve concentrada. Colocando los cubiertos y apartando el pelo de su cara cada dos por tres para ponerlo por detrás de su oreja, y aprovecho acercándome lentamente para que no me escuche, y así rodear su cintura desde atrás.
Lana pega un brinco y lleva una mano a su pecho, un poco asustada.
—Buenos días —susurro enterrando mi cara en su cuello.
Se estremece y agarra mis manos —Buenos días, Vaquero —sonríe —He preparado el desayuno.
Beso su mejilla y analizo cada detalle de la mesa. Todo con una presencia exquisita y platos llenos de frutas cortadas y otros repletos de bacon y tostadas —Ya lo veo, aunque creo que falta algo.
Frunce el ceño y gira su cabeza, abriendo sus ojos con sorpresa cuando ve que mi barba no está —¿¡Que has hecho!? —gruñe —Me había acostumbrado.
Frunzo mi ceño, divertido —¿Ahora te gusto con barba?
Muerde su labio y me mira, apareciendo en su rostro una sonrisa pícara después —A mi me gustas de todas las maneras. Además, te dije un día que con la barba se podían hacer cosas increíbles.
Suelto una carcajada —¡Morena!
Ella se ríe —¿Que? ¡Es verdad!
—Me la dejaré crecer de nuevo. No tarda mucho.
Niega mordiendo su labio y señala la mesa —Está todo lo que te gusta para desayunar ¿que dices que falta?
Hago una mueca, haciéndome el interesante —Hay fruta, tostadas, bacon...—asiento —Pero no estás tú en el menú.
Tiro de ella para besarla y rueda sus ojos, sonriendo y pasando sus manos por mi cuello —Puedo desnudarme y abrirme de piernas aquí mismo —susurra —Pero tienes que trabajar ¿Recuerdas?
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Ficção AdolescenteNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...