Estoy atacada.
Anoche después de que se armara todo el lío de Lucas con el chico de la cámara, decidimos que lo mejor era marcharnos. Primero porque yo ya no podía estar agusto sabiendo que probablemente ese tipo podía tener fotos nuestras, reveladoras para Ken Dawson, y segundo porque mi novio decidió marcharse a no sé donde sin decirle a nadie nada y llevándose todo a su paso.
Víctor nos dijo que no puso controlarlo, y que pidió por favor que lo dejáramos en paz porque necesitaba estar solo.
Todo eso había pasado escasamente cinco minutos después de que Lucas saliera detrás del chico, porque fue lo que tardé en reaccionar e ir detrás de él.
Llevo llamándolo desde anoche y ni siquiera ve mis mensajes.
Dejo el móvil encima de mi escritorio y me muevo por la habitación , mordiendo mis uñas.
¿Y si su padre ya se ha enterado? ¿Y si ha hecho una locura y ahora no sabe cómo solucionarlo? O peor ¿Y si le ha pasado algo malo?
Muerdo mi labio y aparto una lágrima que cae por mi mejilla. Estoy triste por como se está dando todo y lo que menos me apetece es cenar esta noche con nadie.
Pegan en la puerta y doy paso, dejando ver a mi madre con la canasta de la ropa sucia y una sonrisa que se desvanece cuando me ve.
Intento recomponerme y sonrío –No tengo nada sucio, Mami. Lavé todo ayer.
Mi madre me observa y se sienta en la cama –¿Que pasa, hija? ¿Estabas llorando?
La miro y agacho la cabeza –No, solo...
–Lana...
Suspiro pesadamente porque no sé disimular y me siento. No puedo contarle que estoy saliendo con un Dawson ni el problema que tengo encima, pero si necesito que me contenga porque ya no sé que hacer para lidiar con la ansiedad.
–No está siendo un día bueno para mí.
–¿Y eso? –pasa una mano por mí pelo y la miro.
–No lo sé, son bajones puntuales.
–¿Estas así por algún chico?
Trago saliva, asustada y parpadeo rápido. No se me da bien mentir, y estamos entrando en territorio pantanoso.
–¡No, no! No hay chicos en mi vida –una sonrisa falsa aparece en mi rostro y mi madre levanta una ceja.
–Cariño, puedes contarme tus cosas, no voy a juzgarte. Si tienes algún problema con un chico te puedo aconsejar.
Bueno, eso de que no va a juzgarme es relativo, porque la persona de la que estoy enamorada no es precisamente Santo de su devoción.
–No se trata de nada de eso, mamá, te lo prometo.
Mentirosa.
Mi madre aprieta sus labios y se levanta –Está bien, no te molesto más, pero intenta alegrar esa cara, quiero que después nos cantes algo.
Abro mis ojos con sorpresa y niego con la cabeza –¡Ni hablar!
–¡Vamos, Lana! –abre la puerta y se apoya en el marco –Karen está todo el día fardando de que su hijo toca el piano genial, necesito que te oiga, así se da cuenta de que no es solo Darell el que tiene idea de música.
–¿Darell va a venir? –pregunto asqueada.
Ese chico es una pesadilla que vive enamorado de mí desde que tenía diez años, y se pone demasiado intenso y pesado cada vez que nos vemos.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...