33. NOTICIAS INESPERADAS.

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Lucas.

Estuve meses riéndome de Víctor cuando empezó algo serio con su primera novia. Ella era muy popular en el Instituto y él no entendía como había conseguido conquistarla cuando ni siquiera creía estar a la altura.

Se quedaba horas frente al espejo preguntándose a si mismo si valía la pena esa relación, si podía aguantar las miradas de lo curiosos que como él, tampoco entendían como podía estar con la inalcanzable "Bridget Hall" .

Una mañana se despertó con un mensaje anónimo en el que mostraba una foto de ella con otro chico. Era el capitán del equipo de baloncesto, y en la imagen solo parecían hablar, pero mi amigo enloqueció por los celos y fue a recriminárselo a la que era su novia.

Esta no le dio la más mínima importancia porque sabía que solo hablaban para que Bridget diera la voz de alarma de que había partido, pero los celos de mi mejor amigo arruinaron todo, y a pesar de que la chica si estaba realmente interesada en él, decidió alejarse porque no estaba dispuesta a aguantar a una persona celosa y desconfiada de si misma.

Desde ahí, Víctor se juró a si mismo dejar atrás a aquel chico tímido y desconfiado que era, y no le fue para nada mal.

Yo siempre confíe en mí al cien por cien. Soy alguien seguro y en su momento vivía montado en un pony de colores del que difícilmente podía bajar. Pero llegó ella, que sin hacer nada me enseñó a ver más allá de mi ombligo y a quererla más que a mi propio ser.

Recuerdo la primera vez que la vi después de aquel beso robado. Vestía con un vestidazo de leopardo que se adhería a su cuerpo como una segunda piel, y me había fijado en sus ojos porque esa noche mostraban ese nerviosismo que me revolvía el estómago porque me decía algo de ella que no la identificaba para nada.

Fue cuando di el paso y le pedí que fuera mi amiga, cuando le quité a aquel gilipollas de encima, y cuando me derretí al ver como después se preocupaba por mí.

Tenía una ligera obsesión con decirle eso de que no le pegaba tener novio. Era irónico cuando yo tenía la misma fama que ella y decidí volver a meter a Valentina en mi vida. A alguien por quien jamás había sentido celos a pesar de que tenía su público. Y eso era porque yo nunca había sido celoso, jamás.

No se me pasaba por la cabeza pensar en cortarle las alas a cualquier chica que estuviese conmigo solo por el simple hecho de un problema que al fin y al cabo era mío, y  a parte mi ego era demasiado grande como para sentir miedo de que alguien fuera mejor que yo. Hasta que me enamoré de Lana y todo ese discursito del chico con el corazón de acero y seguridad cien por cien, se vino abajo.

Ya no era tan seguro de mi mismo, ya pensaba en que podía perderla y en que alguien mejor que yo, pudiera enamorarla. Me aterraba la idea de alejarme un poco de su vida, porque como me dijo una vez: " Lana Miller no es fácil de olvidar, Vaquero"

¡Y maldita sea! Así era.

Remuevo mi café, distraído, y alzo la mirada cuando veo a Olivia entrar en la cocina con su ordenador y su bolsa de estudio. No se la ve muy feliz, pero no pienso preguntarle porque bastante tengo con lo mío.

–¿Hay tostadas? –pregunta en medio de un bostezo.

Sonrío y asiento señalando hacia la canasta del pan –¿Vas a estudiar?

–Voy a repasar –suspira –Las clases empiezan dentro de poco y quiero aprovechar para empaparme un poco de lo que hice en el curso anterior. Se me han olvidado muchas cosas.

Frunzo mi ceño porque eso no tiene sentido. Cada año es diferente y no creo que le sirva de mucho repasar –¿Eso sirve de algo?

–Si, no me gusta olvidar lo que ya he aprendido, Lucas –me mira y chasquea su lengua –No lo entiendes.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora