Aún no puedo creerlo. No quiero ilusionarme más de la cuenta y que esto acabe siendo un desastre como todo lo que me pasa últimamente.
Que ella esté aquí, en el lugar donde hicimos el amor por primera vez, queriendo que nuestra amistad funcione después de tantos años sin saber del otro, me parece un sueño, un sueño del que no quiero despertar.
Yo sé que no la miro con los mismo ojos que ella me mira a mí, y que me gustaría que esto volviera a ser lo que fue en aquel verano caótico, pero me conformo con tenerla así, dejando atrás esos malos tragos que nos hicieron tanto mal.
Lana vuelve a beber de la botella y yo la miro, embobado —Gracias a esto empezó todo.
Señala el Ron y niego. Diría que ya está bastante contenta, pero aún se mantiene en pie.
—Yo también tuve que ver —digo —Si no llega a ser porque di el paso...
La Morena entre cierra sus ojos —Y eso que Lana Miller nunca había llamado tu atención —hace una mueca graciosa haciéndome reír —Eso era imposible, Vaquero.
Es verdad, ella nunca había llamado mi atención, hasta ese beso robado en aquel baño que lo cambió absolutamente todo. Quemó mi cabeza por días, y ya no la veía como mi vecina la insoportable, si no como la sexy hija mediana de Richard Miller con la que no me importaría enredarme por el morbo de lo prohibido.
—¿Por qué eres tan creída? —pregunto divertido.
Lana frunce su ceño —No soy creída, simplemente después de todo, sé lo que valgo.
Cojo aire, porque quizás yo maté su autoestima, y aunque me alegro de que ahora piense así porque no hay otra verdad que esa de que es perfecta, me revienta pensar que un día eso, se le olvidó por mi culpa.
—¿Por qué has hecho todo esto? Te has tomado el tiempo de aliarte con todos para traerme aquí —suspiro.
Ella se encoge de hombros —Tenía que hacerlo especial —me mira —Al fin y al cabo fuiste la persona más importante de mi vida.
Siento que no puedo.
Trago grueso, mirándola a los ojos, y me levanto con la adrenalina corriendo por mis venas hasta llegar a ella —¿Tú estás segura? —susurro y frunce el ceño —¿Estás segura de que quieres que entre en tu vida de nuevo?
No puedo evitar meter el pelo detrás de su oreja, y muerde su labio, mirándome con la misma intensidad que hace unos años.
—Si —dice con la voz ahogada, pero enseguida corta el momento aclarando su garganta y apartándose de mí —¿Por qué no iba a estarlo? —le da un buche al Ron y suspiro pesadamente.
Entiendo que quiera poner distancia, pero para mí va a ser tan difícil tratarla como una amiga cuando me muero por besarla de nuevo. Supongo que la fuerza de voluntad que he tenido todos estos años, ha desaparecido, y ahora sólo me queda regresar a Nueva York, perderla de vista y asimilar que ahora somos amigos, aunque en el fondo sepa que eso no vaya a servir de mucho si vamos a retomar el contacto y la tenga tan presente en mi vida.
Me encojo de hombros dando la conversación por finalizada y sonrío, mirándola de arriba a abajo —Te sienta muy bien ese vestido.
Sonríe divertida, dando media vuelta —Gracias, lo tenía guardado para una ocasión especial.
Alzo mis cejas —¿Nuestra reconciliación es una ocasión especial para tí?
—No, año nuevo —hace una mueca y me río —He acabado el año descubriendo la verdad sobre lo que ha estado todo este tiempo atormentándome, tenía que ponerme mis mejores galas.
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BESOS EN GUERRA (Terminada)
Teen FictionNo hay imposibles para Lana Miller, siempre quiere salirse con la suya, y en muchas ocasiones lo consigue, llegando a ser la excepción a todo si se lo propone. Cómo al "Yo nunca voy a enamorarme" de Lucas Dawson, su atractivo vecino, que a parte de...