45. EN EQUILIBRIO

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Embarazada.

Lana está embarazada.

Voy a ser papá de una criatura y no me lo puedo creer.

A pesar de haber insistido en que mi novia se hiciera la prueba, también pensaba como ella. Era  imposible que estuviese embarazada porque se toma las pastillas y no había manera de traer un niño al mundo, pero aquí estamos, asimilando la noticia  y pensando que todo esto se trata de un milagro o algo parecido porque no tiene lógica alguna.

Sea lo que sea, ahora mismo, en este preciso instante, siento como si me vibrara el cuerpo de felicidad.

He llamado a mis hermanos y les he avisado de que me retrasaría un poco en ir al hospital, y que cualquier novedad que haya respecto a la operación, me la  comuniquen.

Mi abuela es muy importante para mí, pero Lana no ha dejado de vomitar y llorar desde que se ha enterado de la noticia y no podía simplemente irme y dejarla en un momento como este cuando sé que me necesita más que nunca.

—¿Estás bien, Lane? —su mejor amiga golpea la puerta del baño y del otro lado solo se oye a mi Morena vomitar.

Tenso la mandíbula y suelto todo el aire por la nariz —Lana, déjame entrar, va.

No hay respuesta, y me giro hacia la cama totalmente frustrado porque me saca de mis casillas su cabezonería.

Sé que la noticia le ha pillado totalmente de sorpresa, como a todos, y que ha sido un auténtico shock, pero no es nada de lo que  nos tengamos que lamentar. Al revés, a mí a pesar de lo que supone, me ha hecho el hombre más feliz del mundo.

Se oye como tira de la cadena y poco después el sonido del cepillo de dientes eléctrico.

Miro a Bec y ella me mira a mí —¿Me dejas a solas con ella, por favor?

La amiga de mi novia hace una mueca y acaba por asentir, y yo paso una mano por su pelo, agradecido.

—Iré a llamar a Víctor —dice.

Sonrío y asiento, viendo como sale de la habitación notablemente preocupada y dejándome solo ante la situación.

Le agradezco profundamente a Rebecca todo lo que ha hecho por Lana, y por supuesto debía estar en un momento como este, pero creo que la Morena y yo debemos sentarnos a hablar tranquilos y ordenar un poco todo lo que se nos está viniendo a la cabeza.

Que no es poco.

Se oye el seguro de la puerta y veo a Lana salir con la cara empapada en lágrimas. Me mira un segundo, antes de cerrar e ir directa a la cama para tumbarse y seguir llorando.

Suspiro pesadamente porque odio verla así y me acerco para acomodarme a su lado y abrazarla desde atrás. Lana solo solloza, y beso su cabeza repetidas veces.

—Morena, ya —susurro —Es una noticia increíble, no estés así.

No contesta, solo sorbe su nariz y aparta sus lágrimas.

—Lana, mi amor...

—Hace nada que hemos vuelto, Lucas —interrumpe, con la voz rota —No nos ha dado tiempo a disfrutar.

Cierro mis ojos —Nena...

—Ha sido tan precipitado... —chasquea su lengua y me incorporo para apoyar el codo sobre la almohada y dejar descansar la cabeza sobre mi mano —No voy a negar que me hace ilusión porque después de todo lo que pasé, esto... —se gira y me mira —Pero necesitaba tiempo contigo, acabo de empezar a trabajar y...

BESOS EN GUERRA (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora