BESOS EN GUERRA (Terminada)

49. VAQUERO O CAPERUCITA (CAPÍTULO FINAL)

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Cuando uno sana, lo entiende todo.

Dos meses después (cumpleaños de Trace)

Lana ya tiene barriguita. Los tres meses de embarazo le están sentando de maravilla y yo estoy maravillado de verla tan guapa, resplandeciente y sexy. Como de costumbre, pero si digo, un poco más.

Los síntomas es lo que no lleva tan bien; Sigue con los mareos, se la pasa vomitando casi toda la noche, y come cosas que no puedo calificar como sanas y normales porque no parecen ni de este mundo, pero la consiento con todo lo que me pide y dentro de lo que cabe lo llevamos medianamente bien. Digo llevamos porque también tengo que sufrir que tenga las hormonas por ahí saltando y en un momento esté tranquila, feliz y relajada, y cuando me giro, la oigo llorar o gritar porque por ejemplo, ponen anuncios en la tele y le han cortado el mejor momento de la película.

Independientemente de esos pequeños detalles, estamos en el momento más feliz de nuestras vidas, primero porque vamos a ser padres de un bebé, que teniendo en cuenta nuestra presencia, seguro será precioso ( ha sonado muy creído eso), y segundo porque estamos juntos, libres de amenazas, viviendo nuestro amor como dos adolescentes y queriéndonos cada día más. Cosa que parece imposible, pero no.

Mi Morena y yo hemos podido con todo y ahora sólo esperamos que nos pasen cosas buenas, rodeados de la gente que más nos quiere y queremos, y preparados para llenar de amor a nuestro mini Vaquero o Mini Morena. O Caperucita Maléfica, como ha querido Trace apodar a su futura prima si como digo, es niña.

Ahora estamos en Chicago, en la casa de mí hermana Camila y mi cuñado Fred, celebrando el cumpleaños de mi sobrina y a la espera de revelar el sexo del bebé, que ya lo saben casi todos menos mi novia y yo y unos pocos más, los cuales estamos subiéndonos por la paredes porque nosotros dos, tenemos muchas ganas de empezar a decorar la habitación, con su nombre por todos lados.

Hoy estamos todos, sin excepción. Mis hermanos, los de mí novia, mi pequeño Noah, Sophie, Charl, Rebecca, Valen, Víctor y Gab...

También están los abuelos de Lana, mi abuela Marie, que es una guerrera y ejemplo a seguir, mi madre, mis suegros, Aly, Sean y Shane, Aron y Megan junto a Gin y George...

Digamos que todos han querido venir a celebrar el cumpleaños de Trace y a conocer el sexo de mi bebé.

Mi sobrina no lleva bien eso de no ser la protagonista absoluta, pero le pone tan contenta que estemos todos juntos, que se olvida completamente de ello. Bueno, también cuenta que su nuevo padrino le haya regalado un castillo hinchable enorme y una piscina de bolas para que pueda jugar las veces que le de la gana.

La niña ha gritado cuando Jeremy se ha presentado con el regalo, y más aún cuando le ha prometido a ella y a Noah llevarlos juntos al parque de atracciones la próxima semana, cosa que a mis sobrinos les ha vuelto locos.

Mi hermano ya se ha integrado completamente en la familia y no ha hecho falta mucho porque es un tío increíble. Nos hemos estado viendo estos meses porque mi abuela ha pasado la recuperación en casa, y él no ha dudado en venir a verla y preocuparse por ella, sobre todo por todo lo que tuvo que enfrentar una vez despierta.

Cuando llegó esa noche a casa, se había escapado del Hospital después de haber visto la noticia en la televisión. Esquivó a todo el equipo médico, y me quedé fascinado cuando me lo contó porque tiene setenta años y acababa de despertar de un maldito coma.

Un hueso duro de roer.

Lloró conmigo, lloró con Lana, con mamá y Cami por teléfono, y a pesar de todo celebró no haber vivido el momento, porque aunque sabía que su hijo no tendría un buen final, no estaba preparada para vivir algo así, una marcha tan repentina.