Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Dejé de flotar y caminé hacia la niña.
"Ya dejasteis de jugar?" Pregunté a la joven. La niñita asintió y me miró con ojos vidriosos. "Aunque quería jugar más... Pero no les caigo bien..."
Parecía que la niña iba a llorar, así que rápidamente hice una pelota de magia. "Ten cuidado porque es peligrosa! Pero creo que podremos jugar bien con ella, no la hagas estallar o te dormirás! Y no te preocupes por ellos, pareces una buena chica." Dije al ofrecerle la esfera de color morado y amarillo.
La niña tomó la pelota con absoluta confianza y se rió. "Gracias!" Agradeció con una sonrisa de oreja a oreja.
Quedé en silencio un momento. Está bien saber qué es Runaterra, pero Runaterra donde?
"Crees que puedas responderme a mis preguntas a cambio de la pelota? Dime, en que parte del mundo estamos?" Le pregunté con amabilidad.
La niña guardo silencio y empezó a caminar hacia el pueblo, haciéndome señas con su pequeña mano para que la siguiese.
Es extraño que no me responda... Será que-?
"Cuántos cicl- años! Tienes? Cuántos años tienes?" Pregunté intentando cambiar mi forma de hablar para que me entendiese.
La niña se echó a reír al escuchar mi pregunta, tanto que casi se tropieza con unas piedras en el suelo.
"Tengo 6!" Respondió con felicidad. "Y tú?"
Pensé un poco en mi respuesta. Es importante ser sincera!
"1200 años." Sonreí a la jovencita, mientras le ofrecía un guiño con mi ojo derecho.
La chica me miró anonadada, tanto que esta vez sí se calló al suelo de cara, tropezando esta vez con su propio pié. "No me mientas!" Me respondió con una mezcla de dulzura y seriedad. "Mi mamá decía que mentir está mal."
Yo solo solté una carcajada y seguí flotando. Me gusta estar de vuelta!
* * *
Llegamos por fin al pueblo de la pequeña niña. Mis piernas están cansadas, y me duele la espalda! Ojalá hubiese venido flotando... Me dije a mi misma, antes de mirar a la chica detenidamente.
"Así que... Tanira."
"Tabira." Me corregió
"Tabira! Esto... Donde están tus padres?"
La pequeña me miró con sus ojos de color negro y jugó un poco con sus mechones de pelo, de colores marrones y rojizos. "Nunca los conocí. Vivo con mis abuelitos." Dijo mirando hacia abajo.
Ella era una cabeza y media más baja que yo, así que solo podía ver sus mofletes rosados ocultando su cara. Aún así podía sentir como su labio temblaba, aguantando sus ganas de llorar.
