Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Clack clack clack."
...
Abrí levemente los ojos. Un sonido extraño provenía de la habitación. Un sonido que me había despertado de mi duermevela.
...aghh que es eso? Me pregunté amargado mientras bostezaba y abría los ojos.
Zoe dormía en la cama, destapada de sus sabanas y con un poco de baba deslizándose por sus finos labios... Podrá haber crecido durante el viaje a Bridfurth, pero sigue siendo la misma...~ .
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"...demonios me faltaron horas de sueño." Me dije a mi mismo después de entender lo que estaba pensando.
Me levanté, tratando de olvidar lo que acababa de suceder conmigo y observé de dónde venía el ruido.
Era Tabira. La pequeña parecía estar montando algo que no alcanzaba a ver. Rhaast abrió su ojo y volvió o brillar color rojo.
"Hora del desayuno?"
"Tú ni siquiera comes" le respondí tratando de no perder mucho tiempo con la guadaña.
"Pfff! Aburrido. Es por eso que me cae mejor la asesina de ayer." Sé quejó el arma agrícola con un suspiro, tratando de fastidiarme.
Llené mis pulmones de aire y bostecé un poco más. "Nada nuevo bajo el sol. Sigues tan irritante como la última vez que te hablé... Ayer." Dije al momento de acercarme a la pequeña Tabira.
La levanté en brazos y deje que se sentase en mis hombros.
Que molesto que le guste sentirse alta... Al final termino con dolores de espalda! Me quejé en mi cabeza mientras escuchaba la risa de la pequeña desde algún punto sobre mi cabeza.
"Vamos a buscarte algo de comer." Suspiré mientras abría la puerta de la habitación y tomaba a Rhaast con mi mano libre.
* * *
Heiger no estaba de servicio aún. Debió de quedarse despierta hasta tarde con la fiesta de ayer.
Sin embargo sí había alguien trabajando. Una mujer de pelo marrón ondulado y ojos color avellana.
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